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Emerick Helldam Reint [R-Ke]
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Emerick Helldam Reint [R-Ke]
NOMBRE DEL PERSONAJE: Emerick Helldam Reint (usa solo su segundo apellido)
NATURALEZA: Humano
SEXO: M
EDAD: 16
CURSO: 1°
CLASE: Sol
APARIENCIA: De una apariencia delicada, contextura delgada, algo femenina y poco atlética. Rostro delgado, con labios pequeños y una nariz respingada, sus ojos son de color celesta, algo verdosos y de mirada penetrante, espesas pestañas son las que los enmarcan dándole mayor profundidad. Cabellos de color agua, los lleva largos y siempre atando la mitad de ellos en una coleta larga, son suaves y muy sedosos. Mide algo así como 1,64 y su pesa algo así como 50 kg. Su piel es muy blanca por eso es demasiado fácil el que quede marcada.
IMAGEN:
PSICOLOGÍA:
Es casi como si viviese en su propio mundo, de alguna forma siempre así. Suele quedarse mirando a la nada e ignorar lo que le dicen, aunque siempre esta atento a todo y nadie se lo espera. No contesta preguntas que no crea que deba contestar y que insistan lo molesta. Es alguien fácil de fastidiar, pero pocas veces asumirá su enojo ya que no le ve el sentido a mostrar las emociones.
No se molesta por la gente, puede tener a alguien muriéndose y suplicando de dolor que lo ignoraría. Antes sus ojos nada de esas cosas tienen sentido, por lo que puede ser muy frío y demasiado directo. No miente, pues no le ve el sentido tampoco a ocultar cosas, pero solo contesta las preguntas correcta no cree que las otras merezca ser contestado.
Es un amante de la naturaleza y le molesta que la destruyan, suele quedar mirando las plantas y hablándole como si esta le entendiesen. Puede ser un chico raro y ser considerado loco, pero ante sus ojos todo lo que esta mal es el resto del mundo humano.
No le gusta el contacto y se siente raro con las muestras de cariño, en algunos aspectos sigue siendo un niño pequeño. No es que hable poco pero con pocas personas lo hace, no por que sea tímido, pues no lo es, solo que suele despreciar a la gente antes de conocerla. Muy inteligente y con alto conocimiento, pero todo lo toma como cosas insignificantes y demasiado humanas.
Se siente sucio e insalvable, no le gusta que lo toquen por lo mismo y cree que merecería morir, pero no se mata pues eso es algo que él no debería de decidir. Suele mirarse oras en el espejo, pero se ve tan feo que solo lo hace con odio, detesta su cuerpo, su alma, su mente. Es algo así como depresivo y en ocasiones hace estupideces como lastimarse. Nunca se detiene a pensar si él mismo esta bien, se encuentra carente de sentido. Ninguna emoción lo mueve en la vida, no desea nada, no espera nada, no ruega nada y nada le importa. Camina en un sucio mundo a sus ojos y él es también parte de suciedad.
Pocas veces se lo ve realmente alegre, aunque eso no quiera decir que no sea de estarlo. Puede ser muy expresivo en cuanto las emociones le llegan, pero normalmente se va por ahí con una pose indiferente y nunca se deja acercar por nada.
HISTORIA: Fue criado en la casa de su padre, pues su madre siempre estuvo tan enferma que nunca pudo pasar tiempo con él. Nunca repasó mucha en las personas, no solía jugar con otros niños tanto por decisión propia como por los rumores que a los otros le hacían temer. Mucha gente odiaba los rumores y decían que eran cosas tontas y sin sentido, claramente esta gente eran de las primeras que lo evitaban al pasar o de las que luego le tiraban con cosas por temor. Pero él nunca tubo nada en contra de ellos ¿razón? El mismo sabía que era más que un rumor.
El señor Dominique Helldam, uno de los médicos más reconocido de la ciudad, con muchos dinero y una esposa de alta clase, era querido por muchos así como también temidos por otros. Decían que al caer enferma su madre, poco antes de tener a su único hijo, la locura había llegado a si mismo o, mejor dicho, le llego la desesperación.
Se retiró de las salas de operación a su tan corta edad, con la excusa de cuidar al niño que su amada había dado a luz, aunque manteniendo la gestión de algunas de sus clínicas. Se instaló en la enorme mansión a la salida del lugar, junto con su hijo, para poder crear un buen ambiente de “amor”.
En aquel lugar el amor fue lo más lejano que sintió y él amor por su padre era incluso más fantasioso, el no creía en las utopía y sabía que su padre no buscaría hacer una. Desde que su memoria comenzaba a funcionar correctamente estaba en aquel lugar, una mansión gigante y oscura para solamente dos personas... se suponía que eran solo dos personas.
Su padre, el antiguo médico desesperado por la salud de su mujer, comenzó a buscar gente pobre en la calle, locos olvidados en sus hospitales, gente que no le importaba a nadie y comenzó a jugar a ser dios. Desde pequeño, en aquella oscura mansión, se crió acompañado únicamente con los gritos de dolor, con las miradas acusadoras cuando caminaba por los pasillos y con el saber que su padre se podría considerar un asesino.
La cura nunca fue encontrada y antes de que hubiese vuelta atrás o forma de escape, su madre murió, pero las torturas para aquella gente nunca terminaron. Emerick se veía sumergido en un lugar sucio, oscuro y no había nadie que de allí lo sacase. Ese en sí era un mundo oscuro, la humanidad solamente manchaba almas y esperaba que en algún momento la gente misma oscura se transformase... si te no te oscurecías la oscuridad te torturaba, masacraba y quitaba el mínimo gramo de luz.
Un niño de 11 años comenzó a pensar en eso, ante la vista de su propia casa arder. Un 2 de noviembre la ciudad se vio sorprendida con el incendio de aquella tenebrosa mansión, nadie se acercó para ver que pasaba, hasta los bomberos evitaron ir hasta que el incendio acabase con el rastro del hogar. Era demasiado tarde y nadie supo que fue lo que realmente sucedía allí.
Un niño miraba el incendio ensimismado, no sabía como había sucedido realmente pero de alguna forma había podido evitar estar ahí. Sus ojos se embellecía con la purificación del fuego, pues se creía antes que ese elemento purificaba los males. Ensimismado estaba hasta que sintió algo a su lado, al mirar solo vio una oscura figura y un par de ojos rojos. Lo miraba curiosos, quizás con más intenciones, pero el niño solamente lo veía como un ser mítico, para él esos ojos eran el mismísimo fuego.
- Lo siento, por nuestra culpa este mundo esta sucio – murmuró el pequeño a tiempo que las sirenas se escuchaban llegar y en el que aquella sombra desaparecía.
-
Se mudó con sus abuelos maternos, si bien lo trataban bien no podían evitar ver en él la presencia de su padre, por eso mismo poco a poco lo fueron odiando y dejaron los buenos tratos. Le sobre-exigían, lo castigaban por todo, lo trataban mal, lo hacían limpiar, le golpeaban, lo ignoraban... pero el niño los seguía mirando en silencio, como si los culpase de algo, con una mirada de superioridad y al mismo tiempo de odio profundo y poco explicito. Eran humanos después de todo y estos, con un pequeño empujón, caían rotundamente en lo oscuro.
Finalmente fue mandado a un internado famoso, lejos de ellos y tratando de no saber nada más de él. Otro país, ninguna explicación y varios años sin aquella molesta figura. Emerick no quería llegar a ese lugar, pero había una pequeña parte de él que todavía no se veía manchado a sus ojos, que todavía estaba lejos de tal humanidad.
HABILIDAD: X
ARMA: X
OTROS DATOS:
- odia la violencia, pero no hace nada para evitarla.
- Toca el violín muy bien y considera que las artes son de las pocas cosas bellas en el mundo
- Le gustan las plantas y los árboles, así como también los animales.
- Tiene una obsesión con los ángeles y las cosas haladas.
- Detesta a los humanos, incluso a él mismo.
- Suele soñar con el “par de ojos rojos”
- Posee algunos síntomas de “piromanía”, si ve algo quemarse se queda mirando fijamente.
- Prefiere el silencio
- Podría decirse que tiene fobia al contacto, quizás no tan exacta, pero evita totalmente que lo toquen.
- Le gustan los cementerios y tiene una obsesión con la muerte.
- Es muy perceptivo, distingue bien a la gente diferente.
- Es homosexual, si bien le podría gustar una mujer nunca llega a nada. De todas formas no tiene interés en las relaciones por el momento.
REGISTRO DE TU AVATAR.
Usuario: Emerick Reint
Nombre personaje: Mikaze Ai
Anime/manga: Uta no prince-sama
`Prometo cuidar mi Ortografia´
emm
NATURALEZA: Humano
SEXO: M
EDAD: 16
CURSO: 1°
CLASE: Sol
APARIENCIA: De una apariencia delicada, contextura delgada, algo femenina y poco atlética. Rostro delgado, con labios pequeños y una nariz respingada, sus ojos son de color celesta, algo verdosos y de mirada penetrante, espesas pestañas son las que los enmarcan dándole mayor profundidad. Cabellos de color agua, los lleva largos y siempre atando la mitad de ellos en una coleta larga, son suaves y muy sedosos. Mide algo así como 1,64 y su pesa algo así como 50 kg. Su piel es muy blanca por eso es demasiado fácil el que quede marcada.
IMAGEN:
- Spoiler:
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PSICOLOGÍA:
Es casi como si viviese en su propio mundo, de alguna forma siempre así. Suele quedarse mirando a la nada e ignorar lo que le dicen, aunque siempre esta atento a todo y nadie se lo espera. No contesta preguntas que no crea que deba contestar y que insistan lo molesta. Es alguien fácil de fastidiar, pero pocas veces asumirá su enojo ya que no le ve el sentido a mostrar las emociones.
No se molesta por la gente, puede tener a alguien muriéndose y suplicando de dolor que lo ignoraría. Antes sus ojos nada de esas cosas tienen sentido, por lo que puede ser muy frío y demasiado directo. No miente, pues no le ve el sentido tampoco a ocultar cosas, pero solo contesta las preguntas correcta no cree que las otras merezca ser contestado.
Es un amante de la naturaleza y le molesta que la destruyan, suele quedar mirando las plantas y hablándole como si esta le entendiesen. Puede ser un chico raro y ser considerado loco, pero ante sus ojos todo lo que esta mal es el resto del mundo humano.
No le gusta el contacto y se siente raro con las muestras de cariño, en algunos aspectos sigue siendo un niño pequeño. No es que hable poco pero con pocas personas lo hace, no por que sea tímido, pues no lo es, solo que suele despreciar a la gente antes de conocerla. Muy inteligente y con alto conocimiento, pero todo lo toma como cosas insignificantes y demasiado humanas.
Se siente sucio e insalvable, no le gusta que lo toquen por lo mismo y cree que merecería morir, pero no se mata pues eso es algo que él no debería de decidir. Suele mirarse oras en el espejo, pero se ve tan feo que solo lo hace con odio, detesta su cuerpo, su alma, su mente. Es algo así como depresivo y en ocasiones hace estupideces como lastimarse. Nunca se detiene a pensar si él mismo esta bien, se encuentra carente de sentido. Ninguna emoción lo mueve en la vida, no desea nada, no espera nada, no ruega nada y nada le importa. Camina en un sucio mundo a sus ojos y él es también parte de suciedad.
Pocas veces se lo ve realmente alegre, aunque eso no quiera decir que no sea de estarlo. Puede ser muy expresivo en cuanto las emociones le llegan, pero normalmente se va por ahí con una pose indiferente y nunca se deja acercar por nada.
HISTORIA: Fue criado en la casa de su padre, pues su madre siempre estuvo tan enferma que nunca pudo pasar tiempo con él. Nunca repasó mucha en las personas, no solía jugar con otros niños tanto por decisión propia como por los rumores que a los otros le hacían temer. Mucha gente odiaba los rumores y decían que eran cosas tontas y sin sentido, claramente esta gente eran de las primeras que lo evitaban al pasar o de las que luego le tiraban con cosas por temor. Pero él nunca tubo nada en contra de ellos ¿razón? El mismo sabía que era más que un rumor.
El señor Dominique Helldam, uno de los médicos más reconocido de la ciudad, con muchos dinero y una esposa de alta clase, era querido por muchos así como también temidos por otros. Decían que al caer enferma su madre, poco antes de tener a su único hijo, la locura había llegado a si mismo o, mejor dicho, le llego la desesperación.
Se retiró de las salas de operación a su tan corta edad, con la excusa de cuidar al niño que su amada había dado a luz, aunque manteniendo la gestión de algunas de sus clínicas. Se instaló en la enorme mansión a la salida del lugar, junto con su hijo, para poder crear un buen ambiente de “amor”.
En aquel lugar el amor fue lo más lejano que sintió y él amor por su padre era incluso más fantasioso, el no creía en las utopía y sabía que su padre no buscaría hacer una. Desde que su memoria comenzaba a funcionar correctamente estaba en aquel lugar, una mansión gigante y oscura para solamente dos personas... se suponía que eran solo dos personas.
Su padre, el antiguo médico desesperado por la salud de su mujer, comenzó a buscar gente pobre en la calle, locos olvidados en sus hospitales, gente que no le importaba a nadie y comenzó a jugar a ser dios. Desde pequeño, en aquella oscura mansión, se crió acompañado únicamente con los gritos de dolor, con las miradas acusadoras cuando caminaba por los pasillos y con el saber que su padre se podría considerar un asesino.
La cura nunca fue encontrada y antes de que hubiese vuelta atrás o forma de escape, su madre murió, pero las torturas para aquella gente nunca terminaron. Emerick se veía sumergido en un lugar sucio, oscuro y no había nadie que de allí lo sacase. Ese en sí era un mundo oscuro, la humanidad solamente manchaba almas y esperaba que en algún momento la gente misma oscura se transformase... si te no te oscurecías la oscuridad te torturaba, masacraba y quitaba el mínimo gramo de luz.
Un niño de 11 años comenzó a pensar en eso, ante la vista de su propia casa arder. Un 2 de noviembre la ciudad se vio sorprendida con el incendio de aquella tenebrosa mansión, nadie se acercó para ver que pasaba, hasta los bomberos evitaron ir hasta que el incendio acabase con el rastro del hogar. Era demasiado tarde y nadie supo que fue lo que realmente sucedía allí.
Un niño miraba el incendio ensimismado, no sabía como había sucedido realmente pero de alguna forma había podido evitar estar ahí. Sus ojos se embellecía con la purificación del fuego, pues se creía antes que ese elemento purificaba los males. Ensimismado estaba hasta que sintió algo a su lado, al mirar solo vio una oscura figura y un par de ojos rojos. Lo miraba curiosos, quizás con más intenciones, pero el niño solamente lo veía como un ser mítico, para él esos ojos eran el mismísimo fuego.
- Lo siento, por nuestra culpa este mundo esta sucio – murmuró el pequeño a tiempo que las sirenas se escuchaban llegar y en el que aquella sombra desaparecía.
-
Se mudó con sus abuelos maternos, si bien lo trataban bien no podían evitar ver en él la presencia de su padre, por eso mismo poco a poco lo fueron odiando y dejaron los buenos tratos. Le sobre-exigían, lo castigaban por todo, lo trataban mal, lo hacían limpiar, le golpeaban, lo ignoraban... pero el niño los seguía mirando en silencio, como si los culpase de algo, con una mirada de superioridad y al mismo tiempo de odio profundo y poco explicito. Eran humanos después de todo y estos, con un pequeño empujón, caían rotundamente en lo oscuro.
Finalmente fue mandado a un internado famoso, lejos de ellos y tratando de no saber nada más de él. Otro país, ninguna explicación y varios años sin aquella molesta figura. Emerick no quería llegar a ese lugar, pero había una pequeña parte de él que todavía no se veía manchado a sus ojos, que todavía estaba lejos de tal humanidad.
HABILIDAD: X
ARMA: X
OTROS DATOS:
- odia la violencia, pero no hace nada para evitarla.
- Toca el violín muy bien y considera que las artes son de las pocas cosas bellas en el mundo
- Le gustan las plantas y los árboles, así como también los animales.
- Tiene una obsesión con los ángeles y las cosas haladas.
- Detesta a los humanos, incluso a él mismo.
- Suele soñar con el “par de ojos rojos”
- Posee algunos síntomas de “piromanía”, si ve algo quemarse se queda mirando fijamente.
- Prefiere el silencio
- Podría decirse que tiene fobia al contacto, quizás no tan exacta, pero evita totalmente que lo toquen.
- Le gustan los cementerios y tiene una obsesión con la muerte.
- Es muy perceptivo, distingue bien a la gente diferente.
- Es homosexual, si bien le podría gustar una mujer nunca llega a nada. De todas formas no tiene interés en las relaciones por el momento.
REGISTRO DE TU AVATAR.
Usuario: Emerick Reint
Nombre personaje: Mikaze Ai
Anime/manga: Uta no prince-sama
`Prometo cuidar mi Ortografia´
emm
Invitado- Invitado
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Mar Abr 26, 2016 8:18 am por Paula Kiryuu
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Sáb Jun 21, 2014 6:35 pm por Yukimaru
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Vie Jun 13, 2014 8:26 am por Christian Nigthly
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Jue Mayo 15, 2014 4:44 am por Sena Mizuchi