Mitsuko Uwakame

Aparentemente es considerada una chica tranquila, sumamente misteriosa y fría, pero de aspecto frágil y delicado gracias a su piel pálida y a su cabello negro azulado que resalta. Puede pasar tranquilamente por una chica que no busca la violencia ni las peleas, siempre y cuando no la enojen, si alguien la provoca Mitsuko no dudará el saldar sus cuentas con dicha persona gracias a su gran y sutil carácter cuando está enfadada.

No es una chica que no sepa que es lo que quiere, tiene un carácter firme y peculiar, y aunque no lo aparente demasiado suele ser sociable; pero eso no quiere decir que confíe en cualquier persona. Es una chica fuerte dado su carácter, y nunca se hecha atrás en sus decisiones a causa de su gran orgullo que se impone frente a todo. Suele ser algo solitaria, pero no durante todo el tiempo, pues también le gusta pasar ratos junto a sus amigos. Si la provocas no sabes que es lo que te puedes esperar de ella, ya que sin duda es probable que acepte tu reto y no descansará hasta que ella tenga la última palabra.

No se crió gracias a los cuidados de un padre o una madre, por lo que no sabe que es ese calor familiar que en el fondo tanto anhela. Sumamente testaruda y cabezota, cuando tiene algo en mente o cree que tiene la razón sobre algo, nunca dará brazo a torcer respecto a dicho tema, pero sobretodo es una chica que cumple sus ideales y se guía por sus propios sueños. Es demasiado perezosa y poco responsable, a veces eso suele meterla en problemas.

Ella es una chica que intenta mantener la cabeza fría durante la mayor parte del tiempo, pero, a veces tiende a dejarse llevar por sus propias emociones sin poder evitarlo, mostrando otra parte de si desconocida para las demás personas. Podría decirse que es por sobre todo sincera, algo que a veces la lleva a decir todo como lo piensa, pudiendo llegar así a herir a las personas sin una mala intención. La situación cambia si ella está enojada, las palabras saldrán solas de su boca, y pueden llegar a ser extremadamente crueles y francas, pues no le gusta dar rodeos y menos si el tema es serio.

Se hace valer y no deja que nadie la pase por encima. Cuando está con sus amigos la chica fría y solitaria desaparece, dando lugar a una chica amable y con corazón ante todo, divertida. La debilidad es el único aspecto de si misma que no mostrará jamás delante de nadie, así se esté rompiendo por dentro, prefiere desahogarse ella sóla, es muy buena ocultando sus sentimientos frente a las demás personas, pero cuando se trata de sus amigos cercanos le es más complicado el hecho de ocultarlos. Por momentos, se puede frustrar e irritar con facilidad, pero sabe controlarse a si misma [a veces] y en ella hay más paciencia de la que aparenta.

A pesar de su lado rebelde, tiene un pequeño y bien escondido lado soñador que hasta ahora nadie ha conocido nunca por lo que sigue oculto en su interior, lejos, donde nadie pueda encontrarlo. A veces su sentido de dejarse guiar por lo que siente en un momento, ha provocado que se meta en muchos problemas por no escuchar a los demás. Cuando se llega a enamorar, es extremadamente complicado que admita lo que siente hacia dicha persona y tiende a avergonzarse sin poder evitarlo, su orgullo es muy grande y desconoce que es el amor.

Mitsuko nació en el seno de una familia de vampiros, Kensuke {su padre} era un sangre pura que se enamoró de una vampiresa noble. Kensuke era uno de los sangre puras más “respetados” por los nobles, admirado por muchas vampiresas y mujeres humanas por su belleza seductora. Casi todo lo contrario a como era su madre Shizuka, era una mujer mediantemente linda, su cabello era oscuro como carbón, que combinaba perfectamente con su piel pálida como la de un diamante, sus ojos eran azules como el cielo nocturno de la noche, de una mañana de puro invierno. Ya que eran tan fríos, como su carácter, se trataba de una mujer deseada, pero no tanto como por Kensuke, el único ser que fue capaz de cautivarla y saber como de dulce podía llegar a ser Shizuka. Ambos estaban muy enamorados, destinados a estar juntos para siempre. El nacimiento de mitsuko, su pequeño retoño fue una alegría para ambos, un fuerte cambio en sus vidas. Pasaron los años y la pequeña Mitsu fue creciendo.

En el último mes de verano, la familia se veían amenazados, por unos vampiros que pretendía acabar con la existencía del sangre pura ken y su familia. Este no estaba dispuesto que nada ni nadie les hiciera daño a sus dos preciados tesoros. Antes de la batalla pretendía llevarlas, esconderlas en un lugar donde estuvieran a salvo, a punto de salir en una tarde, les tendieron una emboscada. Shizuka cogía a su niña en brazos, comenzando a correr por un bosque cercano que estaba al lado de la casa, ken fue detrás de ella. Pero cometieron un error ya que allí les esperaría lo peor, ante Shizuka aparecieron no solo vampiros aristócratas si no tambien de nivel e, que estaban descontrolados. Por más que quisiera su habilidad no le permitía destruir a todos los intrusos y ken no podía ayudarla, ya que estaba peleando a unos metros detrás de ella con varios. La fueron arrinconando, mientras sujetaba a Mitsu entre su brazos, la niña estaba media llorando por el miedo de la situación que no llegaba a comprender. Sin más postilaciones se abalanzaron sobre ambas, Shizuka aparto enseguida a su hija, escondiéndola en unos arbustos detrás de ella. La niña se quedo quieta, inmovilizada por el pánico, mientras miraba como su madre peleaba por protegerla y que no llegaran hasta donde la niña se encontraba escondida. kensuke se deshizo de varios nobles contra los que estaba peleando, la pelea estaba finalizando y tanto el como su mujer se encontraban cada vez más cansados, ya que los vampiros aumentaban en número, cuantos más mataban más aparecían, entonces ambos se miraron con una expresión tierna y a la vez triste, ken en un momento rápido se acercó, la tomó de la cintura, para rozar con mucha pasión sus labios con los de ella, en un beso fugaz que indicaba su despedida. Antes de que se fuera volvió a ver esos ojos azules, que pronto derramarían unas lágrimas. El se volteó y fue en busca del único tesoro que sobreviría por encima de todo. Porque ese pequeño ser fue el fruto de su preciado amor.

El muchacho se fue sin mirar atrás, agarrando a Mitsuko y llevándosela de allí. Faltaba poco para llegar al otro lado del bosque, para salvarla. ken era lo único en lo que pensaba, salvarla. A escasos kilómetros, había otra villa, donde las luces de los farolillos alumbraban las calles, estaban cerca del mar, era un lugar perfecto. Llegando a las afueras, cerca de una casa Kensube bajo a su hija al suelo. Puso una pequeña mueca de dolor, una herida que tenía cerca del corazón, causada por uno de los vampiros de antes, se estaba abriendo, ya no le quedaba mucho tiempo. La pequeña, por suerte no se daba mucha cuenta, estaba en el suelo maravillada por las luces. Ken sonrió, se fue agachando hasta quedar a la misma altura que ella, la abrazo con fuerza, para sentir su frágil calidez, se fue separando acariciando su mejilla, hasta que Mitsuko fue cerrando sus preciosos ojos azules, durmiéndola, para quitarle sus recuerdos, sus sentidos vampiricos para que fuera una niña humana normal y corriente, para que no recordara esa terrible experiencia. La dejo en la puerta de esa casa, dónde enseguida la recogió una mujer mayor, el observó la escena con una media sonrisa entretristecida. Se fue de allí caminando solo, de nuevo hacía el bosque, hasta que llegaba al lugar de la batalla, donde no había nadie, solo cenizas, hasta que una voz que reconoció le hablo, era ella, era Shizu, su mujer estaba al pie de un árbol desaciendose poco a poco. Sin pensarselo Ken se sentó y la recostó sobre sus piernas. No dijeron nada, los dos se quedaron en silencio hasta que aspiraron su último aliento y se convirtieron en cenizas.

La señora que había encontrado a Mitsuko en su puerta la tubo en su casa varios días ya que la pequeña no recordaba nada de su pasado, tan solo de su nombre. La señora al ver que nadie la reclamaba ni la buscaba, aún poniendo carteles por si alguien sabía algo de sus padres, nada, no daba resultado. Así pues la señora la llevó a un orfanato que estaba en el pueblo vecino. Mitsu fue internada en el orfanato a los 5 años. Los primeros meses le resultaron bastante difíciles, pues estaba desorientada casi completamente, hasta que conoció a una pequeña niña de su edad, alocada y positiva llamada Niki.

A los 8 años Niki se fue con su tío dejando a Mitsu allí sin poder evitarlo, Mitsuko se sintió muy sola sin ella, pero esperaba volver a verla algún día cuando pudiera salir de ese lugar.

Cuando mitsu tenía 16 años al orfanato llegó una carta de recomendación con una beca para ingresar en la Academia Cross, enviada por el mismísimo director Kaien Cross, al cual misteriosamente le llegaron informaciones de su historia y decidió que la Academia tal vez sería un “Mejor” lugar para ella. Mitsuko después de estar años allí accedió a esa beca para entrar a la academia, cuando llegó allí se encontró con la sorpresa de que su mejor amiga Niki también estudiaba allí. ¿Qué es lo que el destino tiene deparado para Mitsuko?.