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Yui Reggiore
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Yui Reggiore
- Nombre: Reggiore Yui
- Naturaleza: Vampiro D - Cazador
-Sexo: F
- Edad: Aparenta 16
- Curso: 2
- Clase: De la Luna
- Apariencia: Yui es tirando a bajita, 1´58 exactamente, pesa unos 55 kilogramos (no se fija mucho en eso, así que no está segura), tiene el cabello color chocolate corto, especialmente para mayor comodidad, y unos ojos avellana grandes y expresivos, inocentes, que utiliza como parte de su falsa apariencia infantil. Tiene un cuerpo delgado, a base de entrenamiento, y una sonrisa amplia y sincera normalmente pintada en sus labios rosas. Una figura proporcionada, juntada a una carita en forma de melocotón.
- Imagen:
- Historia: El padre de Yui es italiano, y su madre japonesa. De ambas ramas, le llega a ella la tradición de cazar vampiros, y desde su más tierna infancia, Yui fue entrenada para ello. Mientras otros niños jugaban, Yui aprendía a disparar armas. Su hermana pequeña tuvo una preparación parecida a la suya, aunque la mayor era muy protectora con ella. Hasta los trece años, Yui no fue a su primera cacería sola, aunque a ella le daba igual este hecho, pues sabía que en su familia se tenía miedo de perder a alguien, excepto a Miu, quien había resultado ser una genio cazando, y que había acudido a su primera cacería con tan solo ocho años y medio.
La chica mató al vampiro, en aquella ocasión, sin apenas pestañear, pues le encontró apunto de alimentarse de una niña. En aquel momento, manchada de sangre y con las manos temblorosas, Yui se dio cuenta de que aquella iba a ser su vida, que durante años ella no haría otra cosa que arrancar vidas, una tras otra. En aquel momento, tuvo ganas de llorar, ella creía que se debía dar vida, no quitarlas. Sin embargo, apretó fuertemente la pistola y decidió que, si así debía ser, ella no se echaría para atrás.
Tras su primer éxito, Yui comenzó a ir a más misiones cada vez, participando en un par de ellas con otra cazadora de su edad (no había muchas, así que a ella esto le resultó extrañamente agradable) y creando una gran amistad con ella. Su nombre era Lidia Takashi, y era algunos meses mayor que la otra chica, sin embargo, descubrió en Lidia una amiga en la que confiar, y pronto, la consideró algo parecido a su hermana.
Cuando se enteró de que a su única amiga la había mordido un Pura Sangre, su mundo se derrumbó. En aquel momento, Yui había caído al suelo entre lágrimas y chillidos, y su padre tuvo que sostenerla mientras pataleaba, pidiendo una venganza, una represaria contra el vampiro. Aquella noche, la chica fue encerrada en su habitación, aún con los ojos hinchados de llorar, su madre le cerró la puerta con llave, dejándola sola con la certeza de que la vida de un cazador era difícil.
Había perdido a Lidia, porque para Yui, el que fuera una vampira, era como que estuviera muerta.
Yui cumplió dieciséis años. Había creído que, quizá, podría soltar algo de estrés a través de su pistola contra la raza que le había arrebatado a su mejor amiga, y su manera de cazar cambió drásticamente, pasando a hacerlo sin remordimientos.
Una noche, en una fiesta infestada de vampiros, Yui entabló conversación con un Pura Sangre, o más bien, el vampiro habló mientras ella hacía gestos despectivos. Al parecer, él quedó encantado con lo salvaje que ella se mostraba, por lo que se encaprichó de ella. No estoy hablando de amor, mucho menos nada que se le parezca, pues él simplemente la consideraba un juguete más.
Apenas un par de semanas después, mientras Yui caminaba a casa tras un trabajo, notó que una sombra la seguía. Alzó su arma, dispuesta a defenderse, pero sin poderlo hacer, algo se lanzó contra ella desde la oscuridad. La chica se removió y chilló, muerta de miedo, antes de notar unos colmillos clavándose en su cuello. Un dolor increíble la recorrió mientras chillaba y pegaba tiros al aire. El Pura Sangre que la había atacado la inmovilizó, quedando sobre ella, y Yui sintió una arcada al ver que su propia sangre manchaba la boca del otro.
“No te voy a dejar caer en el nivel E, cariño.” Fue todo lo que la susurró, antes de hacerse un corte con sus propios colmillos y colocarlo sobre la boca de ella, obligándola a beber. “Algún día vendré a por ti. Ahora eres mía.”
Tras esta afirmación, se levantó, dejando a Yui sola, con la boca manchada de sangre, una herida en el cuello y asustada. Se levantó, y antes de darse cuenta estaba corriendo hacia su casa. Entró de sopetón, encontrándose con que su hermana estaba sola. La pequeña la miró con unos enormes ojos idénticos a los de la misma Yui. “Miu, tienes que ayudarme.” Suplicó la mayor.
Miu, la hermana, chilló con fuerza, pidiendo una explicación. Cuando Yui se la dio, la chica estaba pálida. “Ven, vamos a lavarte. Papá y mamá no deben enterarse de esto, o terminarán matándose. Yo misma me estoy preguntando si hacerlo.” Yui asintió ante las crudas palabras de la menor.
Pasó un año, en el cual tanto Miu como Yui intentaron encontrar al Sangre Pura para matarle, y seis meses hasta que lo hicieron. Miu fue la que lo halló, y la que le mató, con lágrimas rodando por la cara y chillando algo sobre la venganza. Yui, que estaba buscando al vampiro al que de verdad buscaban en esa misión, escuchó los gritos y corrió a ver lo ocurrido, encontrando a Miu con una mirada maniática, gritándole que bebiera toda la sangre del ser. Yui se negó, mas la pequeña la tomó del cabello y la obligó, chillando que no debía desperdiciar tal esfuerzo.
Miu se había vuelto loca, pues después de obligar a aquello a la mayor, sollozaba algo sobre la batalla con el Sangre Pura.
Al parecer, nadie se enteró de lo que ellas habían hecho. Yui cuidó de Miu otro par de meses, hasta finalmente dejarla al cuidado de sus padres y partir, susurrándole al oído a su hermana como despedida mil y un agradecimientos.
Actualmente, la culpa la reconcome por dentro, y culpa a los vampiros de la locura de su hermana, aunque trata de sobrellevar las cosas.
- *Habilidad: Tiene el poder de curar.
- * Arma: Una pistola con un intrincado grabado en forma de lobo y otro de águila, que perteneció a Miu.
- Otros datos: Tiene una pequeña adicción al chocolate. A veces, le dan ataques de histeria, sobre todo cuando algo le recuerda a lo que le ocurrió a ella o a Miu. Toca la guitarra y el violín desde niña, y hacerlo la relaja.
-Usuario: Yui Reggiore
-Nombre personaje: Yui Hirasawa
-Anime/manga: K-ON!
- Naturaleza: Vampiro D - Cazador
-Sexo: F
- Edad: Aparenta 16
- Curso: 2
- Clase: De la Luna
- Apariencia: Yui es tirando a bajita, 1´58 exactamente, pesa unos 55 kilogramos (no se fija mucho en eso, así que no está segura), tiene el cabello color chocolate corto, especialmente para mayor comodidad, y unos ojos avellana grandes y expresivos, inocentes, que utiliza como parte de su falsa apariencia infantil. Tiene un cuerpo delgado, a base de entrenamiento, y una sonrisa amplia y sincera normalmente pintada en sus labios rosas. Una figura proporcionada, juntada a una carita en forma de melocotón.
- Imagen:
- Spoiler:
- Historia: El padre de Yui es italiano, y su madre japonesa. De ambas ramas, le llega a ella la tradición de cazar vampiros, y desde su más tierna infancia, Yui fue entrenada para ello. Mientras otros niños jugaban, Yui aprendía a disparar armas. Su hermana pequeña tuvo una preparación parecida a la suya, aunque la mayor era muy protectora con ella. Hasta los trece años, Yui no fue a su primera cacería sola, aunque a ella le daba igual este hecho, pues sabía que en su familia se tenía miedo de perder a alguien, excepto a Miu, quien había resultado ser una genio cazando, y que había acudido a su primera cacería con tan solo ocho años y medio.
La chica mató al vampiro, en aquella ocasión, sin apenas pestañear, pues le encontró apunto de alimentarse de una niña. En aquel momento, manchada de sangre y con las manos temblorosas, Yui se dio cuenta de que aquella iba a ser su vida, que durante años ella no haría otra cosa que arrancar vidas, una tras otra. En aquel momento, tuvo ganas de llorar, ella creía que se debía dar vida, no quitarlas. Sin embargo, apretó fuertemente la pistola y decidió que, si así debía ser, ella no se echaría para atrás.
Tras su primer éxito, Yui comenzó a ir a más misiones cada vez, participando en un par de ellas con otra cazadora de su edad (no había muchas, así que a ella esto le resultó extrañamente agradable) y creando una gran amistad con ella. Su nombre era Lidia Takashi, y era algunos meses mayor que la otra chica, sin embargo, descubrió en Lidia una amiga en la que confiar, y pronto, la consideró algo parecido a su hermana.
Cuando se enteró de que a su única amiga la había mordido un Pura Sangre, su mundo se derrumbó. En aquel momento, Yui había caído al suelo entre lágrimas y chillidos, y su padre tuvo que sostenerla mientras pataleaba, pidiendo una venganza, una represaria contra el vampiro. Aquella noche, la chica fue encerrada en su habitación, aún con los ojos hinchados de llorar, su madre le cerró la puerta con llave, dejándola sola con la certeza de que la vida de un cazador era difícil.
Había perdido a Lidia, porque para Yui, el que fuera una vampira, era como que estuviera muerta.
Yui cumplió dieciséis años. Había creído que, quizá, podría soltar algo de estrés a través de su pistola contra la raza que le había arrebatado a su mejor amiga, y su manera de cazar cambió drásticamente, pasando a hacerlo sin remordimientos.
Una noche, en una fiesta infestada de vampiros, Yui entabló conversación con un Pura Sangre, o más bien, el vampiro habló mientras ella hacía gestos despectivos. Al parecer, él quedó encantado con lo salvaje que ella se mostraba, por lo que se encaprichó de ella. No estoy hablando de amor, mucho menos nada que se le parezca, pues él simplemente la consideraba un juguete más.
Apenas un par de semanas después, mientras Yui caminaba a casa tras un trabajo, notó que una sombra la seguía. Alzó su arma, dispuesta a defenderse, pero sin poderlo hacer, algo se lanzó contra ella desde la oscuridad. La chica se removió y chilló, muerta de miedo, antes de notar unos colmillos clavándose en su cuello. Un dolor increíble la recorrió mientras chillaba y pegaba tiros al aire. El Pura Sangre que la había atacado la inmovilizó, quedando sobre ella, y Yui sintió una arcada al ver que su propia sangre manchaba la boca del otro.
“No te voy a dejar caer en el nivel E, cariño.” Fue todo lo que la susurró, antes de hacerse un corte con sus propios colmillos y colocarlo sobre la boca de ella, obligándola a beber. “Algún día vendré a por ti. Ahora eres mía.”
Tras esta afirmación, se levantó, dejando a Yui sola, con la boca manchada de sangre, una herida en el cuello y asustada. Se levantó, y antes de darse cuenta estaba corriendo hacia su casa. Entró de sopetón, encontrándose con que su hermana estaba sola. La pequeña la miró con unos enormes ojos idénticos a los de la misma Yui. “Miu, tienes que ayudarme.” Suplicó la mayor.
Miu, la hermana, chilló con fuerza, pidiendo una explicación. Cuando Yui se la dio, la chica estaba pálida. “Ven, vamos a lavarte. Papá y mamá no deben enterarse de esto, o terminarán matándose. Yo misma me estoy preguntando si hacerlo.” Yui asintió ante las crudas palabras de la menor.
Pasó un año, en el cual tanto Miu como Yui intentaron encontrar al Sangre Pura para matarle, y seis meses hasta que lo hicieron. Miu fue la que lo halló, y la que le mató, con lágrimas rodando por la cara y chillando algo sobre la venganza. Yui, que estaba buscando al vampiro al que de verdad buscaban en esa misión, escuchó los gritos y corrió a ver lo ocurrido, encontrando a Miu con una mirada maniática, gritándole que bebiera toda la sangre del ser. Yui se negó, mas la pequeña la tomó del cabello y la obligó, chillando que no debía desperdiciar tal esfuerzo.
Miu se había vuelto loca, pues después de obligar a aquello a la mayor, sollozaba algo sobre la batalla con el Sangre Pura.
Al parecer, nadie se enteró de lo que ellas habían hecho. Yui cuidó de Miu otro par de meses, hasta finalmente dejarla al cuidado de sus padres y partir, susurrándole al oído a su hermana como despedida mil y un agradecimientos.
Actualmente, la culpa la reconcome por dentro, y culpa a los vampiros de la locura de su hermana, aunque trata de sobrellevar las cosas.
- *Habilidad: Tiene el poder de curar.
- * Arma: Una pistola con un intrincado grabado en forma de lobo y otro de águila, que perteneció a Miu.
- Otros datos: Tiene una pequeña adicción al chocolate. A veces, le dan ataques de histeria, sobre todo cuando algo le recuerda a lo que le ocurrió a ella o a Miu. Toca la guitarra y el violín desde niña, y hacerlo la relaja.
-Usuario: Yui Reggiore
-Nombre personaje: Yui Hirasawa
-Anime/manga: K-ON!
"Prometo cuidar mi ortografía"
Invitado- Invitado
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Jue Mayo 15, 2014 4:44 am por Sena Mizuchi