Ficha de Terra [R-Li]

- Nombre: Sommers Terra
- Naturaleza:Humana
- Sexo: F
- Edad: 17
- Curso: 3º
- Clase: del sol
- Apariencia: Terra es una muchacha delgada, su peso no supera los cincuenta kilos; de tez bastante clara, que contrasta con el llamativo color violáceo de su cabello. Su altura es de alrededor de un metro con cincuenta y cinco centímetros, cosa que la tiene bastante acomplejada, considerando que sus padres son personas bastante altas (su padre mide un metro con noventa y cinco centímetros y su madre, un metro con ochenta centímetros). A pesar del poco desarrollo de su cuerpo y de que varias personas la confundan con una pequeña al verla de espaldas; su prominente busto, que cabe destacar parece casi anormal para su tamaño; devela la verdadera edad de la adolescente de imagen tierna.

Sus facciones, heredadas en su mayor parte de su madre, son delicadas y hacen juego con la niñez, al parecer permanente, de casi todo su cuerpo. Su nariz es respingada y pequeña y parece haber sido esculpida hasta el más ínfimo detalle por un cirujano plástico, gracias a esto, ciertos desafortunados individuos, le han preguntado varias veces por el nombre del profesional a cargo de la supuesta cirugía; siendo las terribles consecuencias que sufrieron por dicha osadía algo que dejaré para más tarde.

En lo que respecta a sus ojos, los mismos son de un azul celeste casi surrealista, que usualmente impactan debido a su expresividad y tamaño.

Para contrarrestar un poco el aspecto de niña que tiene a pesar de definirse a sí misma como “toda una mujer”, suele usar ropas ajustadas, que marcan mucho los pocos signos de edad que ha logrado desarrollar, su pecho y su cintura. Un dato importante en relación a los ropajes que suele usar es que ella los prefiere de colores oscuros, siendo el negro, el violeta y el azul; algunos de sus tonos preferidos. Además, ella suele acompañar dicha forma de vestir con diversos y llamativos accesorios haciendo juego; entre los cuales se encuentran un par de broches con los que arregla su cabello; broches que casi nunca se quita, a excepción de circunstancias especiales.

Cabe aclarar también, que en algunas oportunidades, se viste, contra su voluntad, como una chica “normal” con ropas “normales” a pedido de sus padres; por lo que aunque es raro, en ocasiones, se la puede ver vestida con ropas que usaría una típica nena de papá.

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Spoiler:

- Psicología: La personalidad de Terra es bastante tranquila y relajada por lo general, siempre tiene una sonrisa alegre a pesar de lo que es y por lo que ha pasado recientemente, es de las que creen que el sufrimiento es mejor que vaya por dentro por muy grande que sea. Claro está, esto lo descarga en soledad cuando nadie puede verla o cuando está realmente deprimida, momentos en los que las lágrimas inundan sus ojos.
Siempre que no se le pregunte por el pasado, sobretodo el pasado reciente, tendrá una sonrisa amable y su voz será dulce, el pasado le trae malos recuerdos y su voz mostrará tristeza. Intenta ser callada, prefiere con diferencia la tranquilidad al ruido, esto le permite inspirarse con una mayor facilidad para sus aficiones. Aún así, hay momentos de espontaneidad en ella y es que su cabecita piensa en múltiples cosas al mismo tiempo por lo que cabría la posibilidad de que respondiera a una pregunta con unas palabras que nada tienen que ver con la pregunta en sí.
- Historia: Era un lluvioso día de Octubre, cuando Julia Sommers le dijo a su esposo que no se sentía muy bien; preocupados por la sintomatología que la mujer presentaba, un cuadro que comprendía cansancio, vómitos y mucho dolor de cabeza, se dirigieron rápidamente al hospital, pensando que quizás Julia estaba sufriendo una intoxicación por algo.

Tras unas dos horas de espera en la sala de guardia, los análisis de sangre que el médico había ordenado llegaban del laboratorio. -Me temo que para su estado no hay cura- expresó el médico con una voz solemne y un rostro casi de piedra. Acongojada como estaba la pobre mujer, hundió su rostro en el pecho de James, su consorte, quien la abrazó con fuerza, aguantando sus propias lágrimas para no hacerla sentir peor. -Ay estos jóvenes de hoy en día- musitó el doctor al ver la reacción de la pareja -Siempre saltando a conclusiones descabelladas- dijo a continuación y luego soltó una pequeña risa. -Su estado no tiene cura, porque no es una enfermedad- comenzó a decir luego, momento en el que la mujer levantó su mirada completamente extrañada. Entonces, el ya entrado en años profesional, se levantó de su silla y se acercó hacia James, para luego extenderle su mano al momento que decía en tono alegre: -Felicitaciones, al parecer, dentro de unos ocho meses la cigüeña se dará un paseo por su casa-

Tal y como el médico dijo, ocho meses más tarde, en una de las tantas salas de parto del Hospital de Orion III, un pequeño bebé de ojos azul celeste tomaba su primer bocanada de aire y, obviamente, emitía su primer llanto. Ese bebé, o mejor dicho, “esa” bebé, fue recibida con mucho amor y cariño en la familia Sommers y, como miembro de la misma, le fue otorgado el nombre de “Terra”.

Pasaron los años y la en algún momento pequeña Terra creció, pero a diferencia de sus padres y de otros niños de su edad, no lo hizo en la forma esperada. Ya desde su nacimiento, su tamaño había sido pequeño, pero ahora que iba al jardín de Infantes, la diferencia con el resto de las personas, se hacía más notoria y comenzaban las obvias cargadas hacia la pobre criaturita.

Durante un tiempo, la discriminada Terra, soportó en silencio las bromas de sus congéneres y siguió siendo la misma dulce niñita de siempre; pero un buen día; cuando la pequeña se encontraba en tercer grado, la bomba de tiempo que era su mente explotó. Conforme los años habían pasado, las jugarretas que le gastaban, se habían ido intensificando, hasta que en aquel día, la joven Terra fue encerrada en uno de los baños. Dada su altura, ella no podía alcanzar la traba de la puerta, que había sido estúpidamente colocada casi a un metro y medio de altura; por lo que aunque quisiese, con una altura de tan sólo un metro con diez centímetros, jamás llegaría a escapar de aquella prisión.

Durante horas la tuvieron allí encerrada, cantándole todas aquellas canciones ofensivas que la pobre venía escuchando desde pequeña; incluso le tiraron agua mientras le decían que “aprendiera de las plantas”. Frío como era ese día, la pobre muchachita tiritaba mientras sus compañeros reían a carcajadas; el odio, una palabra hasta entonces jamás utilizada en el vocabulario de la chiquilla, comenzaba a incrementarse en su corazón, volviéndolo negro, áspero y desalmado. Para su suerte, uno de los profesores, notó las risotadas que provenían del baño de mujeres y pudo liberarla; mas aunque su cuerpo no había sufrido casi ningún daño, más que un poco de hipotermia, su mente jamás sería la misma.

Al día siguiente, los chicos que la habían encerrado y que encima habían escapado al castigo por cometer tan horrible fechoría, se acercaron a Terra con la intención de molestarla nuevamente; para su sorpresa, Terra tan sólo les sonrió en lugar de sonrojarse como siempre lo hacía. Molesto por esta actitud, uno de ellos quiso tomarla por el brazo y ahí fue cuando la batalla comenzó. Con una fuerza descomunal, Terra, de quien jamás se esperaría algo semejante, comenzó a golpear al chico que la sostenía del brazo, hasta que sus manos quedaron entintas de la sangre que fluía de la nariz del muchacho. Fue en ese momento en el que comprendió realmente, la fuerza que tenía y que debía aprender a usarla.

Ya al llegar a la edad de catorce años, la chica había dominado casi todas las formas de combate a las que pudo acceder, mas lo mantuvo en secreto y continuó siendo la de siempre, una adorable criaturita, pero sólo en el exterior. Fuera de su círculo familiar y su escuela, sacaba todo su potencial en la batalla, contra aquel que se atreviese a siquiera mirarla y es que, ahora, ya no había casi cargadas por parte de sus compañeros, las mismas se habían transformado en piropos, cartas de amor y algún que otro osado toqueteo.

Hoy en día, las cosas siguen igual que antes, Terra sigue siendo pequeña, sigue comportándose “bien” cuando le conviene y “mal” cada vez que puede; no se sabe aún si algo la hará cambiar nuevamente, si volverá a confiar en el potencial que los seres humanos tienen, si llegará a querer a alguien más además de a sus padres o si dejará de hacer pelear a sus admiradores por ella; pero una cosa está muy claramente visible, si bajo alguna circunstancia, alguien llega a cruzarse en su camino recibirá una de las más dolorosas venganzas.

Otros Datos: Desde pequeña, ha sufrido bastante las burlas de sus congéneres por poseer un cuerpo tan pequeño, cosa que hizo que desarrollara tan extraña personalidad; por éste motivo, desde la edad de seis años, comenzó a entrenarse en artes marciales, kick-boxing, judo, defensa personal y vaya a saber uno cuántas otras disciplinas, que pese a su tamaño, ha dominado a la perfección.

Si a ese afán por practicar actividades relacionadas a la violencia, le sumamos que su cuerpo ha sido modificado y ha obtenido una fuerza bastante mayor a la del promedio, no es extraño que en el combate cuerpo a cuerpo, le vaya de maravillas.

Otra habilidad en la que se encuentra trabajando ahora mismo, es el uso de armas. Ha desarrollado un gusto especial por el combate con espadas, por lo que a veces se la ve cargando una katana; pero su verdadera pasión son las armas de fuego, ya que por su pequeñez, las puede llevar consigo sin que nadie se de cuenta.

-Usuario: Terra Sommers
-Nombre personaje: Purple heart
-Anime/manga: Hyperdimension Neptunia
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