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Tobami {Ficha} [R-Ke]
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Tobami {Ficha} [R-Ke]
—NOMBRE DEL PERSONAJE: Ayukawa Tobami
—NATURALEZA: Vampiro/B Elitista
__________________________________________________________________________________
—SEXO: F
—EDAD: [90 aparenta 18]
—CURSO: Tercer grado
—CLASE: Luna
__________________________________________________________________________________
—APARIENCIA: Tobami, una chica de estatura normal (1,66cm) y de peso normal (55kg). Tiene el cabello negro y largo hasta por debajo de sus rodillas muy lacio. Tiene ojos color rojo sin embargo estos tienen un patrón circular en ellos, así mismo tiene una tez muy blanca la cual acompaña en su mejilla izquierda tres lunares. Suele vestir con un traje negro el cual está compuesto de una especie de bikini por debajo de una chaqueta corta que termina un poco más arriba de su ombligo, esta tiene un cuello pequeño que le cubre así bien su pecho, la chaqueta tiene mangas largas que cubren sus manos con pequeños detalles en blanco, la parte trasera de su chaqueta tiene forma de “capa” cual se pone de color rojo llegando hasta el final de la misma, siempre mostrando su abdomen pálido. Además lleva unos short cortos sujetos por un cinturón blanco el cual tiene un broche con el signo de una calavera, el resto de sus piernas están cubiertas por unas medias negras que terminan por arriba de sus rodillas y unas botas negras en punta de luna, estas botas llegan un poco hasta debajo de aquellas medias negras que ya nombre, ademas de unos guantes negros que simulan a la forma de un esqueleto así como sus botas.
—IMAGEN:
—PSICOLOGÍA: [0/14 años] Tobami es caprichosa y orgullosa, son sus cualidades más destacadas, además de ser soberbia y ambiciosa, destacar que es inteligente y maquiavélica. Hará cualquier cosa, pues tiene una mentalidad muy abierta y no se sorprende de cosas raras debido a lo vivido por ella y lo visto por sus ojos, para conseguir lo que desee y alcanzar sus objetivos. Suele también ser algo extrovertida y da a parecer que es inocente y alocada, pero por dentro es todo lo contrario y tiene la cabeza algo amueblada para lo que da a conocer a los demás de ella.
[15/18 años] Tobami en los últimos tiempos ah llegado a convertirse en alguien muy mentiroso, capas de manipular al resto solo para obtener sus deseos lo mas pronto posible, mantiene esa actitud serena y madura, entregando confianza a los demás para que suelten lo que ella desea, no siente absolutamente amor por el resto, puesto que aun tiene en la cabeza su deseo de toda la vida "asesinar a los traidores" una de sus metas mas importantes de vida, lo que hacen a la vampiresa una persona de doble cara, capaz de traicionar si así se le antojase.
—HISTORIA:
—Ya falta muy poco para que nazca ¿te comentaron que será? —Un hombre de cabellera por los hombros azabache mira a una dama embarazada quien se encontraba sobre un cómodo sofá cubierta por una manta, el sonido del fuego quemar la leña que estaba en la chimenea creaba un relajante ambiente alrededor de la pareja que mantenía su pequeña charla. —Me temo que no se ha dejado ver, y tampoco pude pensar en su nombre por esa dificultad, mañana llegara el médico para iniciar el parto. —La mujer, una rubia de larga melena suave y elegante toca su estomago hinchado por el embarazo y siente como aquel pequeño que pronto daría a luz, desconocido su sexo, le da una pequeña patada en el vientre.
—No voy a estar para cuando eso nazca, tengo asuntos pendientes Elizabeth, además como te he dicho no es mi hijo. —La mujer con tristeza baja la mirada, no entendía a su esposo mas el parecía rechazar a la criatura constantemente pero de algo estaba segura ella y era de que su pequeño era hijo de aquel hombre del cual aun estaba enamorada. —Entiendo… Pero.. —El suspira y le mira con una cálida mirada carmesí. —No debes dejar que el mundo sepa, lo que esta criatura tiene predestinado. Denomínala Hana si es una niña. —Tenía pensado llegar al parto, pero debía partir antes a pesar de su gran dolor, el apellido Ayukawa no estaba en lo más alto hasta el momento más bien, habían asuntos pendientes los cuales el debía arreglar, Kokoro el padre de la niña que nacería pronto, no volvería con vida para conocer a su legado, a su única hija o eso era lo que suponían.
Lagrimas caían por las mejillas de la dama de ojos aqua, observaba a su esposo colocarse los abrigos para salir de la casa y eran aproximadamente 23:30 de la noche ya, ella le sujeto la mano con fuerza en un momento que pudo y la apego a su rostro mientras temblaba descuidada mente. —Te extrañare…— Menciono aquella mujer temblando y dejando caer aquellas claras lagrimas, él le miro apoyando su cabeza cerca de su cuerpo y le abrazo sin decir absolutamente nada, solo quería guardar el perfume de ella en sus recuerdos, para morir feliz pensando que así estaría bien, cerro sus ojos y la soltó para irse sin alargar mas la despedida tan dolorosa. Fue muy rápido, cuando quiso notarlo el ya se había ido, dejando una brisa helada en el lugar.
Ambas pasaron su última noche siendo una misma, la mujer paso la noche más triste de su vida pero al mismo tiempo muy feliz sabiendo que su criatura nacería tan pronto el sol apareciera, sus ojos hinchados delataban tristeza pero su sonrisa y tono de voz hacia su vientre demostraban otra cosa, pronto la noche helada, aquella mas helada de todo el años seso, dejando nieve en las calles de Inglaterra, en tejados y encima de lo que hubiera quedado fuera. El nuevo día y tan esperado inicio, todo inicio con rapidez y ella mientras esperaba la llegada del médico que le atendería, observaba a la espera de que Kokoro regresara por fin.
—Buenos días señorita Ayukawa. —Horas más tardes el médico llega a la mansión de la familia, dispuesto a iniciar lo que sería el parto de la joven heredera de la fortuna de los Ayukawa. Las sirvientas y el resto de colaboradores habían preparado una de las habitaciones para el inicio del examen médico final y el trabajo de parto, ya las contracciones se sentían y fue fácil deducir que el nacimiento iniciaría en un total de seis o quizá más horas. Horas más tarde aun la muchachita había nacido, y se llamo Hana como había sido pedido de su padre, quien meses más tarde regresaría al hogar. Era una bebe idéntica a su padre, quien lamentablemente tenía una diferencia a cualquier vampiro normal, esta tenia ojos rojos anillados de una forma singular, su madre se preocupo por ello sin embargo el médico de la familia dijo que no era un problema, más bien era un don. Ojos rojos, pelinegra y muy pálida, con una expresión de felicidad en el rostro llenaba día a día los días tristes de su madre con felicidad.
Kokoro regreso por fin, casi doce meses más tarde con varias cicatrices graves en el cuerpo, fue una noche primaveral cuando el apareció, Elizabeth no comprendió donde había estado en todo ese tiempo, mas el hablo más tarde con ella de lo pasado, la guerra familiar con otra de las familias de la nobleza había parado por fin, el había arreglado un pacto en el cual, uno de sus hijos se terminaría por casar con el hijo mayor de la otra familia, Elizabeth como madre se molesto y dio a conocer a su hija Hana a su padre, quien la tomo en brazos y observo susurrándole de lo que sería su destino, tan pequeña no entendería nada.
—No voy a permitirlo Kokoro, ella tendrá una vida normal. —Frustrada y molesta por la decisión no consultada por su esposo, discute seriamente con él. —¿Qué preferís? Que le maten y nos maten o que tenga una vida de millonaria como la llevara. —Ella seguía negando a las falacias que su esposo comentaba, negaba con la cabeza una y otra vez sin posibilidades que cambiara de parecer, la discusión termino cuando él le mira y se retira del lugar sin decir nada, esperando a que en próximos años sacaría el tema nuevamente.
Seis años más tarde, toma nuevamente el tema de conversación, aquel que hacía años atrás había mencionado, pero su esposa continuaba en la negatividad y no tuvo más opción que cambiar de circunstancias. —De acuerdo veo que no cederás, tendremos que volver a Japón me temo o aquí morirnos. Quieres que la niña tenga la vida feliz, pero que vida feliz pretendes que tenga si mira lo que es… un monstruo. —La pequeña escucha las palabras de su padre, aquellos ojos carmesí observan a aquel hombre quien era la persona más importante en su vida y se comienza a asustar, los pensamientos tomaban su mente y aquellas ideas vagas corrían por sus ríos mentales, creando así a un ser egoísta y caprichoso. Con el transcurrir el tiempo llego a volverse muy mala, tanto que ni sus padres podían controlar, sin embargo el viaje a Japón todo lo empeoro, el día de la mudanza Tobami escapo por las calles de Inglaterra, corrió y corrió sin querer mirar hacia donde iba con sus ojos llenos de lagrimas, de pronto al correr y doblar en un callejón se encuentra un bello muchacho de rubia cabellera quien la sujeto con fuerza por el impacto repentino. —Hey.. Tobami-chan ¿verdad? — El tendría entre 18 o 19 años de edad, era con quien debía casarse en el futuro, un ser que parecía caído del cielo, Tobami le miro asustada y solo atajo a limpiar sus lagrimas que caían por sus apenas rojizas mejillas, el sonrió cerrando los ojos y de pronto la madre de ella dobla en el callejón preocupada, fue entonces cuando el muchacho cambia sus ojos a un rojo carmesí y Elizabeth le miro con el ceño fruncido.
—Yuuke…—El rio con sarcasmo y apretó los brazos de la niña, quien solo dejo salir un jadeo y cerró los ojos para luego aclarar que eso la estaba lastimando, aquel no era tan bueno como se hiso dar a conocer, y fue entonces cuando al ver esos rojos ojos color sangre se dio cuenta que ella no era la única así, aun no sabía la realidad de su persona, solo sabía que sus padres inyectaban algo a su cuerpo diariamente por “seguridad” decían. —Elizabeth, como no me habías dejado conocer a esta preciosa señorita. —Tobami cargaba un pequeño sombrero blanco el cual por el movimiento brusco del pelirrubio se cae al suelo, en un intento de agarrarlo este se patina mas quedando sucio por la tierra en el piso. —No es de tu incumbencia, dame a mi hija. —El muchacho se vuelve a reír con su risa ronca y la apega más a su cuerpo haciendo que la pequeña de tan solo siete años quedara sobre su cadera que por lógica Tobami lo sujeta por los hombros. —agh..Déjala de una vez asqueroso. — —Nee Nee, Toba-chan tus padres quieren que nos casemos ¿aceptaría? —La madre de la jovencita estaba furiosa, y Tobami se sonroja al momento de oír esas palabras, aquel aliento cálido llega a su cuerpo provocando una sensación de placer pero enseguida su madre la sujeta por la espalda quitándola de los brazos del muchacho.
El tiempo pasó y el viaje a Japón llego, partieron ese mismo día pero ella no podía dejar de pensar en las palabras de ese tal “Yuuke” y en esos ojos carmesí vistos por su persona. En Japón no tenía ni compañeros de clase, en Japón no conocía a nadie, y no era que en Inglaterra si pero como sus padres dijeron un día, Japón habla diferente y no podrás salir a la calle otra vez.
Años más tarde, una noche muy fría unos sujetos aparecen con el fin de mantener una conversación con los padres de la niña, ellos aceptan y son invitados a una fiesta nocturna a la cual niños no asistían, sus padres no regresaron nunca más, sin embargo quedo como única heredera y en mano una carta que lo explicaba todo previsto por su madre, indicándole lo que quedaba… Era un vampiro ahora, y sus padres habían roto las reglas, por ser menor de edad fue adoptada por una pareja quien no podía tener hijos pero siempre el desprecio por ser hija de vampiros elitistas. Años más tarde entraría a la academia Cross, a pedido de sus padres por sus estudios ya pagos.
—HABILIDAD: Burbujas [Hanabi]
Una flama roja hace presencia en su ojo izquierdo, de pronto de su cuerpo burbujas, rojas, verdes y naranjas comienzan a desprenderse creando un sonido explosivo muy suave, ella parece tener un control exacto de estas por lo que es capaz de moverlas a su voluntad con el fin de seguirlas con la vista, si dejara de observarles las burbujas desaparecerían sin causar daño alguno, por lo que debe mantenerse concentrada al momento de estar utilizando su habilidad.
Estas burbujas no son como las burbujas normales de jabón, las burbujas de Tobami son burbujas explosivas y toxicas, son más duras que las burbujas normales lo que las hace mortales por el hecho de no poder ser reventadas con un simple toque, solo el fuego, el agua y la electricidad serian capaces de desacearlas de forma instantánea.
La explosión; La burbuja explota al momento que el usuario lo decida, estas burbujas tienen una composición mas pegajosa lo que las hace resistentes y molestas, el usuario las envía hacia su enemigo provocando que estas se peguen a él para luego tras un aplauso del usuario estas exploten.
—OTROS DATOS: Gusta de la música clásica, el silencio total de la naturaleza y todo a su alrededor. Ademas disfruta tocando el piano y observando las estrellas en prados descampados de arboles donde estas se ven con mayor claridad.
—Su nombre original era Hana, sin embargo por motivos desconocidos siempre la nombraban como Tobami, tanto que solo usa ese nombre.
—No tiene parentesco con su madre, pero si con su padre.
—Los lunares que tiene son maquillaje, siempre soñó con tener un detalle que desviara de la tez perfecta que poseía.
—Adora el chocolate amargo.
REGISTRO DE TU AVATAR.
Usuario: Tobami
Nombre personaje: Black Gold Saw
Anime/manga: Black rock shooter
—NATURALEZA: Vampiro/B Elitista
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—SEXO: F
—EDAD: [90 aparenta 18]
—CURSO: Tercer grado
—CLASE: Luna
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—APARIENCIA: Tobami, una chica de estatura normal (1,66cm) y de peso normal (55kg). Tiene el cabello negro y largo hasta por debajo de sus rodillas muy lacio. Tiene ojos color rojo sin embargo estos tienen un patrón circular en ellos, así mismo tiene una tez muy blanca la cual acompaña en su mejilla izquierda tres lunares. Suele vestir con un traje negro el cual está compuesto de una especie de bikini por debajo de una chaqueta corta que termina un poco más arriba de su ombligo, esta tiene un cuello pequeño que le cubre así bien su pecho, la chaqueta tiene mangas largas que cubren sus manos con pequeños detalles en blanco, la parte trasera de su chaqueta tiene forma de “capa” cual se pone de color rojo llegando hasta el final de la misma, siempre mostrando su abdomen pálido. Además lleva unos short cortos sujetos por un cinturón blanco el cual tiene un broche con el signo de una calavera, el resto de sus piernas están cubiertas por unas medias negras que terminan por arriba de sus rodillas y unas botas negras en punta de luna, estas botas llegan un poco hasta debajo de aquellas medias negras que ya nombre, ademas de unos guantes negros que simulan a la forma de un esqueleto así como sus botas.
—IMAGEN:
- Spoiler:
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—PSICOLOGÍA: [0/14 años] Tobami es caprichosa y orgullosa, son sus cualidades más destacadas, además de ser soberbia y ambiciosa, destacar que es inteligente y maquiavélica. Hará cualquier cosa, pues tiene una mentalidad muy abierta y no se sorprende de cosas raras debido a lo vivido por ella y lo visto por sus ojos, para conseguir lo que desee y alcanzar sus objetivos. Suele también ser algo extrovertida y da a parecer que es inocente y alocada, pero por dentro es todo lo contrario y tiene la cabeza algo amueblada para lo que da a conocer a los demás de ella.
[15/18 años] Tobami en los últimos tiempos ah llegado a convertirse en alguien muy mentiroso, capas de manipular al resto solo para obtener sus deseos lo mas pronto posible, mantiene esa actitud serena y madura, entregando confianza a los demás para que suelten lo que ella desea, no siente absolutamente amor por el resto, puesto que aun tiene en la cabeza su deseo de toda la vida "asesinar a los traidores" una de sus metas mas importantes de vida, lo que hacen a la vampiresa una persona de doble cara, capaz de traicionar si así se le antojase.
—HISTORIA:
El nacimiento. Inglaterra, 1875
—Ya falta muy poco para que nazca ¿te comentaron que será? —Un hombre de cabellera por los hombros azabache mira a una dama embarazada quien se encontraba sobre un cómodo sofá cubierta por una manta, el sonido del fuego quemar la leña que estaba en la chimenea creaba un relajante ambiente alrededor de la pareja que mantenía su pequeña charla. —Me temo que no se ha dejado ver, y tampoco pude pensar en su nombre por esa dificultad, mañana llegara el médico para iniciar el parto. —La mujer, una rubia de larga melena suave y elegante toca su estomago hinchado por el embarazo y siente como aquel pequeño que pronto daría a luz, desconocido su sexo, le da una pequeña patada en el vientre.
—No voy a estar para cuando eso nazca, tengo asuntos pendientes Elizabeth, además como te he dicho no es mi hijo. —La mujer con tristeza baja la mirada, no entendía a su esposo mas el parecía rechazar a la criatura constantemente pero de algo estaba segura ella y era de que su pequeño era hijo de aquel hombre del cual aun estaba enamorada. —Entiendo… Pero.. —El suspira y le mira con una cálida mirada carmesí. —No debes dejar que el mundo sepa, lo que esta criatura tiene predestinado. Denomínala Hana si es una niña. —Tenía pensado llegar al parto, pero debía partir antes a pesar de su gran dolor, el apellido Ayukawa no estaba en lo más alto hasta el momento más bien, habían asuntos pendientes los cuales el debía arreglar, Kokoro el padre de la niña que nacería pronto, no volvería con vida para conocer a su legado, a su única hija o eso era lo que suponían.
Lagrimas caían por las mejillas de la dama de ojos aqua, observaba a su esposo colocarse los abrigos para salir de la casa y eran aproximadamente 23:30 de la noche ya, ella le sujeto la mano con fuerza en un momento que pudo y la apego a su rostro mientras temblaba descuidada mente. —Te extrañare…— Menciono aquella mujer temblando y dejando caer aquellas claras lagrimas, él le miro apoyando su cabeza cerca de su cuerpo y le abrazo sin decir absolutamente nada, solo quería guardar el perfume de ella en sus recuerdos, para morir feliz pensando que así estaría bien, cerro sus ojos y la soltó para irse sin alargar mas la despedida tan dolorosa. Fue muy rápido, cuando quiso notarlo el ya se había ido, dejando una brisa helada en el lugar.
Ambas pasaron su última noche siendo una misma, la mujer paso la noche más triste de su vida pero al mismo tiempo muy feliz sabiendo que su criatura nacería tan pronto el sol apareciera, sus ojos hinchados delataban tristeza pero su sonrisa y tono de voz hacia su vientre demostraban otra cosa, pronto la noche helada, aquella mas helada de todo el años seso, dejando nieve en las calles de Inglaterra, en tejados y encima de lo que hubiera quedado fuera. El nuevo día y tan esperado inicio, todo inicio con rapidez y ella mientras esperaba la llegada del médico que le atendería, observaba a la espera de que Kokoro regresara por fin.
—Buenos días señorita Ayukawa. —Horas más tardes el médico llega a la mansión de la familia, dispuesto a iniciar lo que sería el parto de la joven heredera de la fortuna de los Ayukawa. Las sirvientas y el resto de colaboradores habían preparado una de las habitaciones para el inicio del examen médico final y el trabajo de parto, ya las contracciones se sentían y fue fácil deducir que el nacimiento iniciaría en un total de seis o quizá más horas. Horas más tarde aun la muchachita había nacido, y se llamo Hana como había sido pedido de su padre, quien meses más tarde regresaría al hogar. Era una bebe idéntica a su padre, quien lamentablemente tenía una diferencia a cualquier vampiro normal, esta tenia ojos rojos anillados de una forma singular, su madre se preocupo por ello sin embargo el médico de la familia dijo que no era un problema, más bien era un don. Ojos rojos, pelinegra y muy pálida, con una expresión de felicidad en el rostro llenaba día a día los días tristes de su madre con felicidad.
El regreso. Inglaterra, 1875
Kokoro regreso por fin, casi doce meses más tarde con varias cicatrices graves en el cuerpo, fue una noche primaveral cuando el apareció, Elizabeth no comprendió donde había estado en todo ese tiempo, mas el hablo más tarde con ella de lo pasado, la guerra familiar con otra de las familias de la nobleza había parado por fin, el había arreglado un pacto en el cual, uno de sus hijos se terminaría por casar con el hijo mayor de la otra familia, Elizabeth como madre se molesto y dio a conocer a su hija Hana a su padre, quien la tomo en brazos y observo susurrándole de lo que sería su destino, tan pequeña no entendería nada.
—No voy a permitirlo Kokoro, ella tendrá una vida normal. —Frustrada y molesta por la decisión no consultada por su esposo, discute seriamente con él. —¿Qué preferís? Que le maten y nos maten o que tenga una vida de millonaria como la llevara. —Ella seguía negando a las falacias que su esposo comentaba, negaba con la cabeza una y otra vez sin posibilidades que cambiara de parecer, la discusión termino cuando él le mira y se retira del lugar sin decir nada, esperando a que en próximos años sacaría el tema nuevamente.
Seis años más tarde, toma nuevamente el tema de conversación, aquel que hacía años atrás había mencionado, pero su esposa continuaba en la negatividad y no tuvo más opción que cambiar de circunstancias. —De acuerdo veo que no cederás, tendremos que volver a Japón me temo o aquí morirnos. Quieres que la niña tenga la vida feliz, pero que vida feliz pretendes que tenga si mira lo que es… un monstruo. —La pequeña escucha las palabras de su padre, aquellos ojos carmesí observan a aquel hombre quien era la persona más importante en su vida y se comienza a asustar, los pensamientos tomaban su mente y aquellas ideas vagas corrían por sus ríos mentales, creando así a un ser egoísta y caprichoso. Con el transcurrir el tiempo llego a volverse muy mala, tanto que ni sus padres podían controlar, sin embargo el viaje a Japón todo lo empeoro, el día de la mudanza Tobami escapo por las calles de Inglaterra, corrió y corrió sin querer mirar hacia donde iba con sus ojos llenos de lagrimas, de pronto al correr y doblar en un callejón se encuentra un bello muchacho de rubia cabellera quien la sujeto con fuerza por el impacto repentino. —Hey.. Tobami-chan ¿verdad? — El tendría entre 18 o 19 años de edad, era con quien debía casarse en el futuro, un ser que parecía caído del cielo, Tobami le miro asustada y solo atajo a limpiar sus lagrimas que caían por sus apenas rojizas mejillas, el sonrió cerrando los ojos y de pronto la madre de ella dobla en el callejón preocupada, fue entonces cuando el muchacho cambia sus ojos a un rojo carmesí y Elizabeth le miro con el ceño fruncido.
—Yuuke…—El rio con sarcasmo y apretó los brazos de la niña, quien solo dejo salir un jadeo y cerró los ojos para luego aclarar que eso la estaba lastimando, aquel no era tan bueno como se hiso dar a conocer, y fue entonces cuando al ver esos rojos ojos color sangre se dio cuenta que ella no era la única así, aun no sabía la realidad de su persona, solo sabía que sus padres inyectaban algo a su cuerpo diariamente por “seguridad” decían. —Elizabeth, como no me habías dejado conocer a esta preciosa señorita. —Tobami cargaba un pequeño sombrero blanco el cual por el movimiento brusco del pelirrubio se cae al suelo, en un intento de agarrarlo este se patina mas quedando sucio por la tierra en el piso. —No es de tu incumbencia, dame a mi hija. —El muchacho se vuelve a reír con su risa ronca y la apega más a su cuerpo haciendo que la pequeña de tan solo siete años quedara sobre su cadera que por lógica Tobami lo sujeta por los hombros. —agh..Déjala de una vez asqueroso. — —Nee Nee, Toba-chan tus padres quieren que nos casemos ¿aceptaría? —La madre de la jovencita estaba furiosa, y Tobami se sonroja al momento de oír esas palabras, aquel aliento cálido llega a su cuerpo provocando una sensación de placer pero enseguida su madre la sujeta por la espalda quitándola de los brazos del muchacho.
El tiempo pasó y el viaje a Japón llego, partieron ese mismo día pero ella no podía dejar de pensar en las palabras de ese tal “Yuuke” y en esos ojos carmesí vistos por su persona. En Japón no tenía ni compañeros de clase, en Japón no conocía a nadie, y no era que en Inglaterra si pero como sus padres dijeron un día, Japón habla diferente y no podrás salir a la calle otra vez.
La venganza. Japón, 1900
Años más tarde, una noche muy fría unos sujetos aparecen con el fin de mantener una conversación con los padres de la niña, ellos aceptan y son invitados a una fiesta nocturna a la cual niños no asistían, sus padres no regresaron nunca más, sin embargo quedo como única heredera y en mano una carta que lo explicaba todo previsto por su madre, indicándole lo que quedaba… Era un vampiro ahora, y sus padres habían roto las reglas, por ser menor de edad fue adoptada por una pareja quien no podía tener hijos pero siempre el desprecio por ser hija de vampiros elitistas. Años más tarde entraría a la academia Cross, a pedido de sus padres por sus estudios ya pagos.
—HABILIDAD: Burbujas [Hanabi]
Una flama roja hace presencia en su ojo izquierdo, de pronto de su cuerpo burbujas, rojas, verdes y naranjas comienzan a desprenderse creando un sonido explosivo muy suave, ella parece tener un control exacto de estas por lo que es capaz de moverlas a su voluntad con el fin de seguirlas con la vista, si dejara de observarles las burbujas desaparecerían sin causar daño alguno, por lo que debe mantenerse concentrada al momento de estar utilizando su habilidad.
Estas burbujas no son como las burbujas normales de jabón, las burbujas de Tobami son burbujas explosivas y toxicas, son más duras que las burbujas normales lo que las hace mortales por el hecho de no poder ser reventadas con un simple toque, solo el fuego, el agua y la electricidad serian capaces de desacearlas de forma instantánea.
La explosión; La burbuja explota al momento que el usuario lo decida, estas burbujas tienen una composición mas pegajosa lo que las hace resistentes y molestas, el usuario las envía hacia su enemigo provocando que estas se peguen a él para luego tras un aplauso del usuario estas exploten.
—OTROS DATOS: Gusta de la música clásica, el silencio total de la naturaleza y todo a su alrededor. Ademas disfruta tocando el piano y observando las estrellas en prados descampados de arboles donde estas se ven con mayor claridad.
—Su nombre original era Hana, sin embargo por motivos desconocidos siempre la nombraban como Tobami, tanto que solo usa ese nombre.
—No tiene parentesco con su madre, pero si con su padre.
—Los lunares que tiene son maquillaje, siempre soñó con tener un detalle que desviara de la tez perfecta que poseía.
—Adora el chocolate amargo.
REGISTRO DE TU AVATAR.
Usuario: Tobami
Nombre personaje: Black Gold Saw
Anime/manga: Black rock shooter
Prometo cuidar mi Ortografia
Invitado- Invitado
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