ID Kaito Shion :3 [ACEPTADA]

Aristócratas, ¿qué tanto su vida puede cambiar? Etiqueta, superficialidad, placeres y planes, no hay más. Con unos padres que bien poco se interesaban en lo que fuese Kaito, fue criado por sus más de doce maestros de las distintas disciplinas que aprendía. ¿Qué decir? La apatía regía en su vida, hasta que llegó el momento, la etapa en que sus clases de formación, fueron sustituidas por las de arte. Si bien en no todas se destacaba, ciertamente en una de ellas le llegó el amor: la de Violín. ¿Por qué? Ni él mismo se lo logró explicar, pero fue un talento innato, un amor eterno y una pasión desgarradora.
Después de ciertos años, en los que su única obsesión fue su violín, decidió irse a vivir solo a un pueblo alejado de sus padres y algo solitario, rodeado de un inmenso bosque, sería el lugar perfecto para escuchar las resonancias de sus melodías a la luna. Desde entonces le nació la costumbre de, cada noche, justo a las doce, tocarle su pieza favorita, a la única espectadora que apreciaba su arte, la dama blanca de la noche. Sin embargo, aunque bien lo hubiese querido, no podía vivir sólo de la música de su violín, ¿o sí?
Cierta noche lo averiguó: Una virgen doncella, de piel de seda y ojos del azul del medio aterdecer, encantada por su melodía, acudió a él, siguiéndole. Esa fue la primera noche en que su dama de blanco se manchó de rojo, y bueno, aunque el evento no se repitiera con una extrema frecuencia, al pasar de los años, las víctimas fueron suficientes como para crear una leyenda. Tanta fue la fama, que cazadores y hombres comunes de otros pueblos, habían decidido averiguar al respecto.
Lo encontrarían totalmente desprevenido, confiado en el silencio de sus ya muertas amadas, no esperó que con la siguiente vendría un combo de hombres y antorchas, aunque por suerte ningún cazador, no descubierto. La persecusión no fue mucha, vamos, él es un vampiro, no había forma en que aquellos insípidos humanos le dieran alcance. Arrepentido de sus pecados, optó por tocar un réquiem para terminar con su vida, pero antes de que pudiese alcanzar la mitad, llegó un ¿hombre? No, ése no podría ser sólo un hombre. Se disponía a seguir tocando, mientras éste le mataba, pero en vez de ello, recibió tan sólo una carta, que aquel rubio, de lentes y misterioso hombre sonriente le dio. Confundido, le recibió mientras el último desaparecía. ¿De qué se trataba? Era una invitación, una invitación a la Academia Cross.

"Tiene la rara habilidad de poder manipular y moldear a voluntad la sangre que corre por su cuerpo. Generalmente, necesita de hacerse un corte (usualmente su dedo, ya que es la mejor vía) para poder liberarla. La sangre puede solidificarse como el volverse liquida en un instante. Además, la perdida de sangre a veces ni si quiera afecta al organismo de este."

Durante la noche todos los vampiros son pardos...