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I wanna go Crazy
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I wanna go Crazy
~Estoy enamorada~ soltó en forma de quejido acompañado de un suspiro. Había entrado al consultorio sin tocar, con firme decisión de hacerse escuchar. Se tiró al sofá con un brusco movimiento, seguido de sus palabras que no permitirían a la psicóloga una sola palabra articular. ~¿Eso se cura? ~ Inquirió con una mirada tan insistente que no hacía falta que con gritos exigiese una respuesta; pero antes de permitirse el parar, tenía que terminar todo su discurso, pues estaba harta, era la más desesperante crisis que había le había atacado desde que tenía memoria (claro, porque no recordó la que le instó a borrar su memoria hacía apenas un año).
~Yo sé que, ni si quiera logro dormir la mayoría de las noches, pero, ¡esto es una exageración! Verá: suelo dormir una vez a la semana, en compensación a las demás noches de sueño indefinido~ se detuvo por un momento, se llevó una mano a la frente y masajeó su frente y ojos de forma pesada, irritada, y en total expresión de su berrinche, hasta soltó un puchero. ~¡Pero ahora ni éso puedo! ~ Se levantó de su asiento, más bien, sólo en tronco, para incorporarse en el sofá, ahora sentada. ~¿Sabe? Yo no debo estar enamorada...~ miraba al piso, triste, casi decepcionada. ~Debo permanecerle fiel…~ Sus propias palabras dolían, no le gustaba hablar de sí misma, pues ella era creyente fiel de le alegría, y sabía que dentro de sí, sólo había un desierto oscurecido, con corrientes heladas de fría nostalgia.
Por primera vez recorrió a la psicóloga con una mirada lenta y casi hasta parecía pesada. Minutos antes ni si quiera habría podido diferenciar si era un hombre o una mujer, y de todos modos le hubiese dado igual. Pero al decir sus últimas palabras y haber quedado expuesta su debilidad con ellas, de pronto se sentía culpable y tenía ganas de irse. ¿No era que toda persona detesta ser vulnerable? Todos siempre construimos una alta torre, una muralla o hasta una fortaleza entera para dejar a salvo aquella parte vulnerable con la que todos contamos. Aunque claro, depende de cada uno qué material usar para nuestra fortificación construir.
Anneliesse había elegido a su sonrisa como escudo, a la alegría como himno de guerra y su más potente escudo ante la decepción, era la propia introversión.
Y ahora, por fin se había detenido lo suficiente para dejar de hacer un monólogo y convertir la visita al psicólogo a un diálogo. Por último se dejó caer deliberadamente en el sofá nuevamente, esperando con la mirada dispersa, una respuesta que, si bien no esperaba que inmediatamente pudiese calmar su dolor, mínimamente, le ayudase a reflexionar sobre éste; pues lo más desesperante para ella, era el no saber qué diablos pensar o hacer, su mente era un desastre y necesitaba que alguien más la acomodase por ella.
~Yo sé que, ni si quiera logro dormir la mayoría de las noches, pero, ¡esto es una exageración! Verá: suelo dormir una vez a la semana, en compensación a las demás noches de sueño indefinido~ se detuvo por un momento, se llevó una mano a la frente y masajeó su frente y ojos de forma pesada, irritada, y en total expresión de su berrinche, hasta soltó un puchero. ~¡Pero ahora ni éso puedo! ~ Se levantó de su asiento, más bien, sólo en tronco, para incorporarse en el sofá, ahora sentada. ~¿Sabe? Yo no debo estar enamorada...~ miraba al piso, triste, casi decepcionada. ~Debo permanecerle fiel…~ Sus propias palabras dolían, no le gustaba hablar de sí misma, pues ella era creyente fiel de le alegría, y sabía que dentro de sí, sólo había un desierto oscurecido, con corrientes heladas de fría nostalgia.
Por primera vez recorrió a la psicóloga con una mirada lenta y casi hasta parecía pesada. Minutos antes ni si quiera habría podido diferenciar si era un hombre o una mujer, y de todos modos le hubiese dado igual. Pero al decir sus últimas palabras y haber quedado expuesta su debilidad con ellas, de pronto se sentía culpable y tenía ganas de irse. ¿No era que toda persona detesta ser vulnerable? Todos siempre construimos una alta torre, una muralla o hasta una fortaleza entera para dejar a salvo aquella parte vulnerable con la que todos contamos. Aunque claro, depende de cada uno qué material usar para nuestra fortificación construir.
Anneliesse había elegido a su sonrisa como escudo, a la alegría como himno de guerra y su más potente escudo ante la decepción, era la propia introversión.
Y ahora, por fin se había detenido lo suficiente para dejar de hacer un monólogo y convertir la visita al psicólogo a un diálogo. Por último se dejó caer deliberadamente en el sofá nuevamente, esperando con la mirada dispersa, una respuesta que, si bien no esperaba que inmediatamente pudiese calmar su dolor, mínimamente, le ayudase a reflexionar sobre éste; pues lo más desesperante para ella, era el no saber qué diablos pensar o hacer, su mente era un desastre y necesitaba que alguien más la acomodase por ella.
Anneliesse Nightray- Sangre pura
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Edad : 24
Fecha de inscripción : 14/05/2012
Re: I wanna go Crazy
El sol empezaba a salir en el horizonte mientras poco a poco los humanos se despertaban para cumplir las labores que daban sentido a sus patéticas vidas. La mayoría, de dicha especie, desarrollaban sus actividades cuando la luz del astro rey los acompañaba; muchas hipótesis podrían desprenderse de ese comportamiento cómo la de tener mejor visibilidad de lo que realizaban pero la llamada verdad verdadera detrás de su devoción a aquella gran antorcha es el miedo, miedo a lo que la oscuridad oculta; pavor a caer en las garras de sus depredadores, pánico de que sus finitas vidas se acortaran aun más.
Dentro de las Instalaciones de la Famosa Institución Cross, los jóvenes de la Clase del Sol se desenvolvían con ánimo hacia sus clases mientras ciertos curiosos trataban, y deseaban, encontrarse con algunos de los miembros de la Clase de la Luna cuyos estatus y apariencias eran superiores y atrayentes para mentes tan insignificantes como la de los humanos. Es posible que ni en sus remotos sueños los alumnos imaginarán que sus compañeros nocturnos son nada más y nada menos que existencias salidas de las leyendas más increíbles y hasta aterradoras que existián: Vampiros.
Hubo un tiempo donde los humanos conocían de la presencia de los Vampiros pero con el paso de los eones y por ciertas situaciones incomodas estos seres tan especiales se vieron obligados a embotellarse y vivir en la clandestinidad para evitar el pánico en la población de los homo sapiens que cómo es bien sabido temen a lo que no pueden entender, temen a lo que no pueden controlar… temen a lo que los puede destruir; tanto es su terror a ser extinguidos que dieron el primer paso para una guerra no oficial pero que todos saben que existe entre las dos razas: Cazadores versus Vampiros. Los Cazadores se constituyen de estúpidos humanos que creen poder detener a una especie que los supera en fuerza, inteligencia, longevidad y hasta hermosura.
Hace cierta época, cuya fecha exacta no es conocida pero se sabe que no es tan antigua ni tan cercana, un hombre emprendió un proyecto para llevar a las mentes de los jóvenes de ambas razas un mensaje de tolerancia y convivencia pacifica... a raíz de ese deseo creo un Internado conocido como: Cross Academy. Lugar donde humanos y vampiros, más que prepararse intelectualmente, son el experimento de que la coexistencia es posible, sin embargo no todos son amistosos y creen que esa zona “neutral” solo se traduce cómo en lugar donde se harán los planes de guerras presentes y futuros de quienes no apoyan la “amistad” de las especies involucradas.
En las habitaciones del área de los docentes y empleados de la academia, un reloj se hizo sentir para anunciar a su dueña que la hora de levantarse había llegado no obstante la mujer entre las elegantes sabanas parecía no inmutarse por aquel sonido irritante y escandaloso.
Dentro de las Instalaciones de la Famosa Institución Cross, los jóvenes de la Clase del Sol se desenvolvían con ánimo hacia sus clases mientras ciertos curiosos trataban, y deseaban, encontrarse con algunos de los miembros de la Clase de la Luna cuyos estatus y apariencias eran superiores y atrayentes para mentes tan insignificantes como la de los humanos. Es posible que ni en sus remotos sueños los alumnos imaginarán que sus compañeros nocturnos son nada más y nada menos que existencias salidas de las leyendas más increíbles y hasta aterradoras que existián: Vampiros.
Hubo un tiempo donde los humanos conocían de la presencia de los Vampiros pero con el paso de los eones y por ciertas situaciones incomodas estos seres tan especiales se vieron obligados a embotellarse y vivir en la clandestinidad para evitar el pánico en la población de los homo sapiens que cómo es bien sabido temen a lo que no pueden entender, temen a lo que no pueden controlar… temen a lo que los puede destruir; tanto es su terror a ser extinguidos que dieron el primer paso para una guerra no oficial pero que todos saben que existe entre las dos razas: Cazadores versus Vampiros. Los Cazadores se constituyen de estúpidos humanos que creen poder detener a una especie que los supera en fuerza, inteligencia, longevidad y hasta hermosura.
Hace cierta época, cuya fecha exacta no es conocida pero se sabe que no es tan antigua ni tan cercana, un hombre emprendió un proyecto para llevar a las mentes de los jóvenes de ambas razas un mensaje de tolerancia y convivencia pacifica... a raíz de ese deseo creo un Internado conocido como: Cross Academy. Lugar donde humanos y vampiros, más que prepararse intelectualmente, son el experimento de que la coexistencia es posible, sin embargo no todos son amistosos y creen que esa zona “neutral” solo se traduce cómo en lugar donde se harán los planes de guerras presentes y futuros de quienes no apoyan la “amistad” de las especies involucradas.
En las habitaciones del área de los docentes y empleados de la academia, un reloj se hizo sentir para anunciar a su dueña que la hora de levantarse había llegado no obstante la mujer entre las elegantes sabanas parecía no inmutarse por aquel sonido irritante y escandaloso.
Ring Ring Ring Ring Ring
Sonó sin detenerse hasta que una fina mano salio de las sabanas y con un sencillo movimiento de sus dedos el aparato salio volando hasta chocar contra la pared más próxima cesando así el insoportable sonido que reproducía. Minutos después la dama, que hasta el momento estuvo bajó la tela, se levanto mostrando que a pesar de estar despertándose su belleza seguía intacta y hasta tan natural que abrumaría al más hermoso ángel del cielo.
- ¡Asqueroso Cross! ¿Cómo se atreve a colocarme un turno matutino? – se quejo la fémina mientras se levantaba de la cama para caminar hacia el salón de baño – Algún día tendré tu garganta entre mis manos – musito con sumo odio y desagrado hacia aquel hombre que predicaba la estúpida idea de la convivencia… ¿Acaso nadie nunca le había dicho que por más pequeño que sea el bebe tiburón nunca podrá nadar entre sardinas? Un excelente sinónimo para humanos: Sardinas.
Liv estuvo alrededor de 45 minutos en el cuarto de baño, al momento de salir solo iba cubierta por una toalla de color rosada, su cabello goteaba haciendo que el vital liquido corriera por su cuello hasta perderse en el interior del paño o en este. Sus pasos la llevaron hasta su closet, donde saco la vestimenta que había preparado el día anterior, consistía en: una falda de color negro que dejaba gran parte de sus amadas piernas descubiertas, una camisa de botones a cuadros blancos y beige de la cual dejo los últimos botones abiertos para dejar ver su hermoso cuello y el sencillo collar que se coloco, un cinturón negro, zapatos de tacón de un tono mas claro que la camisa y por último se coloco algunos accesorios como un reloj en su muñeca izquierda y un anillo en su dedo anular. Su cabello lo peino por varios minutos para luego decorarlo con un cintillo de color negro.
Al concluir tomo su celular y algunos informes sobre chicos problemas que le fueron entregados para empezar sus tareas y emprendió su marcha hacia el consultorio de orientación.
Sus pasos gráciles aunado a su delicada apariencia hacia que las miradas de todos se enfocaran en ella como la atracción gravitacional de la tierra. Su dulce sonrisa adornaba sus finos labios y flechaba los corazones tanto de los estudiantes masculinos como el de las estudiantes femeninas.
- ¡Asqueroso Cross! ¿Cómo se atreve a colocarme un turno matutino? – se quejo la fémina mientras se levantaba de la cama para caminar hacia el salón de baño – Algún día tendré tu garganta entre mis manos – musito con sumo odio y desagrado hacia aquel hombre que predicaba la estúpida idea de la convivencia… ¿Acaso nadie nunca le había dicho que por más pequeño que sea el bebe tiburón nunca podrá nadar entre sardinas? Un excelente sinónimo para humanos: Sardinas.
Liv estuvo alrededor de 45 minutos en el cuarto de baño, al momento de salir solo iba cubierta por una toalla de color rosada, su cabello goteaba haciendo que el vital liquido corriera por su cuello hasta perderse en el interior del paño o en este. Sus pasos la llevaron hasta su closet, donde saco la vestimenta que había preparado el día anterior, consistía en: una falda de color negro que dejaba gran parte de sus amadas piernas descubiertas, una camisa de botones a cuadros blancos y beige de la cual dejo los últimos botones abiertos para dejar ver su hermoso cuello y el sencillo collar que se coloco, un cinturón negro, zapatos de tacón de un tono mas claro que la camisa y por último se coloco algunos accesorios como un reloj en su muñeca izquierda y un anillo en su dedo anular. Su cabello lo peino por varios minutos para luego decorarlo con un cintillo de color negro.
- Ropita:
- [Solamente los administradores pueden ver esta imagen]
Al concluir tomo su celular y algunos informes sobre chicos problemas que le fueron entregados para empezar sus tareas y emprendió su marcha hacia el consultorio de orientación.
Sus pasos gráciles aunado a su delicada apariencia hacia que las miradas de todos se enfocaran en ella como la atracción gravitacional de la tierra. Su dulce sonrisa adornaba sus finos labios y flechaba los corazones tanto de los estudiantes masculinos como el de las estudiantes femeninas.
“Buenos Días Sensei”
“¡Oh, qué hermosa!”
“¡Es tan elegante!”
“Parece una princesa… ¿será famosa?”
“¿Qué clase dará?”
“¡Oh, qué hermosa!”
“¡Es tan elegante!”
“Parece una princesa… ¿será famosa?”
“¿Qué clase dará?”
Fueron entre los muchos murmullos que llegaron hasta la peliblanca que solo sonreía afablemente a sus “estudiantes” generando aun más suspiros en ellos y ellas. A Liv no le resultaba extraño que los alumnos del Sol se comportaran así ya que como vampira embelesaba, sin proponérselo, a los humanos sin embargo el tener que sopórtalos la irritaba aunque no lo demostrara, en su interior solo vivía para ver el día en que todos ellos sucumbieran bajo el yugo de los de su raza… pero por ahora debía mantener las apariencias.
Al llegar al área dónde estaba su oficina se fijo que no habían muchos “transeúntes” por ahí, lo que la hizo suspirar relajada al no tener que aguantar a más humanos lo que restaba de la mañana, claro si tenia suerte. Entro con pocas esperanzas de encontrar una oficina digna pero para su sorpresa el cuarto no estaba mal aunque los cuadros que decoraban las paredes eran del peor arte posible y los muebles parecían sacados de la peor telenovela que podría existir de resto no estaba tan mal… Bueno la mujer ya tendría tiempo para volver esas cuatros paredes un lugar meritorio de su presencia.
La vampireza camino hasta el escritorio colocando las carpetas sobre este mientras con su mirada seguía detallando ese hueco. Liv por un momento se perdió en sus pensamientos, pensamientos elitistas sobre como hacer en primer plano alejar a su hermano de ese estúpido colegio y sobre cierta misión que había encargado a su sirviente más fiel… se preguntaba ¿Cuándo él llegaría a darle las estupendas noticias? Antes de ni siquiera articular sobre eso la puerta del consultorio se abrió estrepitosamente provocando como consecuencia que volviera a la realidad y fijara sus orbes dorados-verdoso sobre el intruso.
“Estoy enamorada; ¿Eso se cura?”
Fueron las primeras palabras de aquella señorita. Liv solo alzo una ceja algo confundida por tal intrusión y sobretodo por la actitud tan particular con la cual se expresaba no obstante se mantuvo pasiva y mucho más comprensiva al detectar que se trataba de alguien de su raza, alguien superior a ella...
“Yo sé que, ni si quiera logro dormir la mayoría de las noches, pero, ¡esto es una exageración! Verá: suelo dormir una vez a la semana, en compensación a las demás noches de sueño indefinido. ¡Pero ahora ni éso puedo! ¿Sabe? Yo no debo estar enamorada... Debo permanecerle fiel…”
Hablo, hablo y hablo sin detenerse ni darle oportunidad a la psicóloga a pronunciar palabra alguna por lo que Liv solo mostró su sonrisa amable mientras escuchaba atenta cada vocablo que su primera paciente comentaba. A simple vista parecía ser un sencillo monologo de la muchacha pero cuando hizo silencio dando a entender que había terminado... cualquier de tipo de berrinche o inmadurez alrededor de ella había desaparecido por uno más parecido a la confusión y hasta melancolía.
- ¿Amor? – musito más para ella que para la joven para dirigirse justo al mueble libre frente a la chica - El amor es un humo que sale del vaho de los suspiros; al disiparse, un fuego que chispea en los ojos de los amantes; al ser sofocado, un mar nutrido por las lágrimas de ellos… ¿Qué más es? Una locura muy sensata, una hiel que ahoga, una dulzura que conserva… - relato con dulzura recordando las palabras de un personaje literario conocido como Romeo luego se sentó cruzando sus largas piernas – Comencemos por el principio ¿No? Presentémonos para llevar esta pequeña charla de manera más amena… – sugirió de forma maternal al tiempo que acariciaba un mechón de su corto cabello que se movió cuando ella lo hizo – Soy Liv Drachen Blut, la psicóloga/orientadora de la institución… supondré que ya lo sabias por eso viniste; En fin… puedes decirme como desees… - propuso haciendo gala de aquella amabilidad y carisma cariñosa que siempre la envolvía – Entonces porque no me cuentas mejor sobre qué tiene de malo estar… ¿Enamorada? – pregunto con serenidad mientras apoyaba sus manos sobre sus piernas a la espera de lo que dijera su paciente…
Al llegar al área dónde estaba su oficina se fijo que no habían muchos “transeúntes” por ahí, lo que la hizo suspirar relajada al no tener que aguantar a más humanos lo que restaba de la mañana, claro si tenia suerte. Entro con pocas esperanzas de encontrar una oficina digna pero para su sorpresa el cuarto no estaba mal aunque los cuadros que decoraban las paredes eran del peor arte posible y los muebles parecían sacados de la peor telenovela que podría existir de resto no estaba tan mal… Bueno la mujer ya tendría tiempo para volver esas cuatros paredes un lugar meritorio de su presencia.
La vampireza camino hasta el escritorio colocando las carpetas sobre este mientras con su mirada seguía detallando ese hueco. Liv por un momento se perdió en sus pensamientos, pensamientos elitistas sobre como hacer en primer plano alejar a su hermano de ese estúpido colegio y sobre cierta misión que había encargado a su sirviente más fiel… se preguntaba ¿Cuándo él llegaría a darle las estupendas noticias? Antes de ni siquiera articular sobre eso la puerta del consultorio se abrió estrepitosamente provocando como consecuencia que volviera a la realidad y fijara sus orbes dorados-verdoso sobre el intruso.
“Estoy enamorada; ¿Eso se cura?”
Fueron las primeras palabras de aquella señorita. Liv solo alzo una ceja algo confundida por tal intrusión y sobretodo por la actitud tan particular con la cual se expresaba no obstante se mantuvo pasiva y mucho más comprensiva al detectar que se trataba de alguien de su raza, alguien superior a ella...
“Yo sé que, ni si quiera logro dormir la mayoría de las noches, pero, ¡esto es una exageración! Verá: suelo dormir una vez a la semana, en compensación a las demás noches de sueño indefinido. ¡Pero ahora ni éso puedo! ¿Sabe? Yo no debo estar enamorada... Debo permanecerle fiel…”
Hablo, hablo y hablo sin detenerse ni darle oportunidad a la psicóloga a pronunciar palabra alguna por lo que Liv solo mostró su sonrisa amable mientras escuchaba atenta cada vocablo que su primera paciente comentaba. A simple vista parecía ser un sencillo monologo de la muchacha pero cuando hizo silencio dando a entender que había terminado... cualquier de tipo de berrinche o inmadurez alrededor de ella había desaparecido por uno más parecido a la confusión y hasta melancolía.
- ¿Amor? – musito más para ella que para la joven para dirigirse justo al mueble libre frente a la chica - El amor es un humo que sale del vaho de los suspiros; al disiparse, un fuego que chispea en los ojos de los amantes; al ser sofocado, un mar nutrido por las lágrimas de ellos… ¿Qué más es? Una locura muy sensata, una hiel que ahoga, una dulzura que conserva… - relato con dulzura recordando las palabras de un personaje literario conocido como Romeo luego se sentó cruzando sus largas piernas – Comencemos por el principio ¿No? Presentémonos para llevar esta pequeña charla de manera más amena… – sugirió de forma maternal al tiempo que acariciaba un mechón de su corto cabello que se movió cuando ella lo hizo – Soy Liv Drachen Blut, la psicóloga/orientadora de la institución… supondré que ya lo sabias por eso viniste; En fin… puedes decirme como desees… - propuso haciendo gala de aquella amabilidad y carisma cariñosa que siempre la envolvía – Entonces porque no me cuentas mejor sobre qué tiene de malo estar… ¿Enamorada? – pregunto con serenidad mientras apoyaba sus manos sobre sus piernas a la espera de lo que dijera su paciente…
Invitado- Invitado
Re: I wanna go Crazy
"Amor" Tan bella y corta palabra. Los labios de la psicóloga la pronunciaron y ella asintió el momento, dispuesta a estar atenta a lo que tuviese qué decir, pues había llegado hasta allí con el deseo de conseguir consejo y su tiempo de hablar ya había sido demasiado. El pasaje que después ella enunciaría ciertamente le parecería certero, poético y familiar, pero le sería imposible reconocerlo. Que de haberlo hecho nuevamente se sumergería en la nostalgía y le haría la sesión más pesada.
Presentarse sugirió. Anneliesse no estaba segura del todo, le costaba el introducir a nuevos a su reducido círculo de personas de las que había que preocuparse, pues veía absolutamente necesario el establecer una especie de relación amistosa con todo aquel con el que tuviese que compartir el "saludo secreto" que le parecía ser su nombre. En fin, "Liv" se le había adelantado y ahora había que corresponderle. ~Me quedo con Dra. Drachen, ¿no lo haría más semejante a un libro?~ contestó a su cortesía con la casi misma dulzura con la que se le habían ofrecido. Una de las formas de escaparse de su realidad y ponerle una pisca de colores cálidos a su vida, era el transformar hasta el más mínimo evento de su vida a una especie de escena de película o fragmento de novela, de ésas que le encantaban. La frase sería estrechamente acompañada de una especie de sonrisa combinada con la curiosidad casi exigente de que le diese la razón.
~Yo soy Anneliesse~ ahora la sonrisa sería solamente acompañada de amabilidad, sin segundas intenciones. Lo siguiente era contar específicamente –y tratando de tomar aire de vez en cuando y dejarle hablar a intervalos– lo que había sucedido. No, espera, esa no fue la pregunta, ¿cierto? Más bien, la respuesta iría más ligada a su pasado y el porqué el estar enamorada le parecía tan pecaminoso.
Miró a otro lado, se sintió mareada.
¿Cómo explicar algo que ni ella misma entendía? Bueno, quizá para ello había que terminar allí, con alguien que se supone debe entender lo que tú no puedes comprender. ~¿Qué tiene de malo el estar enamorada..?~ se preguntó más a sí misma que a la doctora. Examinó la pregunta. Se la repitió en la cabeza. La saboreó, la deletreó, se la comió, escupió y la respuesta entonces llegó: ~¡Pues todo Dra. Drachen!~ la soltó de golpe y sin delicadeza, que la primavera llegaba y con ella las energías de Anneliesse se veían recargadas de tal forma que, volvía a convertirse en el remolino de emociones y el huracán de extroversión que acostumbraba ver. ~¿Qué podría tener de bueno?~ sí, era una pregunta retórica, no esperaba respuesta, ella misma se la daría. ~Ésas llamadas "maripositas en el estómago", no son más que.. que.. ¡nauseas!~ se volvía a enfadar poco a poco, el volcán apenas empezaba con la fumarola, pronto vendría la lava y el desastre. ~Aquella dilatación de los ojos cuando estás con "ésa" persona~ haciéndo un énfasis exagerado en "ésa", un énfasis de cólera, desprecio. ~No es otra señal que estar drogado~ afirmó creyéndose la sabia del mileno que acababa de descubrir la fórmula contra el cáncer o yo que sé. ~Los nervios.. ¡es porque sufre el corazón!~ Quizá la premisa era incorrecta biológicamente, pero si lo vemos desde la perspectiva romántica, vaya que tenía razón. El corazón sufre al tener cerca a la persona amada, sufre al ocultar sus sentimientos, al tener que apañárselas con los deseos que le vuelcan cada que el objeto amado entra al campo de visualización. ~El amor envenena al cuerpo, y a algunos, el alma~ hizo referencia allí a los humanos, ya que ella misma dudaba de la existencia de su propia alma.
No esperaba que le diese la razón, muchísimo menos que tuviese la fórmula para olvidar al amor pero.. ¡Ah!, qué bien se sentía sacar toda tu furia con alguien, fuese culpable o no. Por otro lado, ese era su trabajo, ¿no? Habría de suponerse que ella sabía a qué atenerse cuando tuvo la fabulosa idea de aceptar un trabajo donde había que enfrentarse día con día a estúpidos complejos de aún más estúpidos adolescentes. ¡Vamos! La gran mayoría de vampiros, por más de cientos de años que tuviesen, parecían no haber vivido ni la tercia de lo que algunos humanos lo habían hecho, seguían siendo unos críos. O quizá sería el efecto que tenía la Academia sobre ellos, volver a estudiar y utilizar un uniforme, después de tantos años de libertad y afrontar la vida como mejor les viniese en gana, era como un retroceso en la frágil cordura que le queda a un ser cuando ha vivido por tanto tiempo. Y bueno, los humanos, por naturaleza, eran unos críos, sin excusas ni excepciones. Admirable era su trabajo, de verdad.
Presentarse sugirió. Anneliesse no estaba segura del todo, le costaba el introducir a nuevos a su reducido círculo de personas de las que había que preocuparse, pues veía absolutamente necesario el establecer una especie de relación amistosa con todo aquel con el que tuviese que compartir el "saludo secreto" que le parecía ser su nombre. En fin, "Liv" se le había adelantado y ahora había que corresponderle. ~Me quedo con Dra. Drachen, ¿no lo haría más semejante a un libro?~ contestó a su cortesía con la casi misma dulzura con la que se le habían ofrecido. Una de las formas de escaparse de su realidad y ponerle una pisca de colores cálidos a su vida, era el transformar hasta el más mínimo evento de su vida a una especie de escena de película o fragmento de novela, de ésas que le encantaban. La frase sería estrechamente acompañada de una especie de sonrisa combinada con la curiosidad casi exigente de que le diese la razón.
~Yo soy Anneliesse~ ahora la sonrisa sería solamente acompañada de amabilidad, sin segundas intenciones. Lo siguiente era contar específicamente –y tratando de tomar aire de vez en cuando y dejarle hablar a intervalos– lo que había sucedido. No, espera, esa no fue la pregunta, ¿cierto? Más bien, la respuesta iría más ligada a su pasado y el porqué el estar enamorada le parecía tan pecaminoso.
Miró a otro lado, se sintió mareada.
¿Cómo explicar algo que ni ella misma entendía? Bueno, quizá para ello había que terminar allí, con alguien que se supone debe entender lo que tú no puedes comprender. ~¿Qué tiene de malo el estar enamorada..?~ se preguntó más a sí misma que a la doctora. Examinó la pregunta. Se la repitió en la cabeza. La saboreó, la deletreó, se la comió, escupió y la respuesta entonces llegó: ~¡Pues todo Dra. Drachen!~ la soltó de golpe y sin delicadeza, que la primavera llegaba y con ella las energías de Anneliesse se veían recargadas de tal forma que, volvía a convertirse en el remolino de emociones y el huracán de extroversión que acostumbraba ver. ~¿Qué podría tener de bueno?~ sí, era una pregunta retórica, no esperaba respuesta, ella misma se la daría. ~Ésas llamadas "maripositas en el estómago", no son más que.. que.. ¡nauseas!~ se volvía a enfadar poco a poco, el volcán apenas empezaba con la fumarola, pronto vendría la lava y el desastre. ~Aquella dilatación de los ojos cuando estás con "ésa" persona~ haciéndo un énfasis exagerado en "ésa", un énfasis de cólera, desprecio. ~No es otra señal que estar drogado~ afirmó creyéndose la sabia del mileno que acababa de descubrir la fórmula contra el cáncer o yo que sé. ~Los nervios.. ¡es porque sufre el corazón!~ Quizá la premisa era incorrecta biológicamente, pero si lo vemos desde la perspectiva romántica, vaya que tenía razón. El corazón sufre al tener cerca a la persona amada, sufre al ocultar sus sentimientos, al tener que apañárselas con los deseos que le vuelcan cada que el objeto amado entra al campo de visualización. ~El amor envenena al cuerpo, y a algunos, el alma~ hizo referencia allí a los humanos, ya que ella misma dudaba de la existencia de su propia alma.
No esperaba que le diese la razón, muchísimo menos que tuviese la fórmula para olvidar al amor pero.. ¡Ah!, qué bien se sentía sacar toda tu furia con alguien, fuese culpable o no. Por otro lado, ese era su trabajo, ¿no? Habría de suponerse que ella sabía a qué atenerse cuando tuvo la fabulosa idea de aceptar un trabajo donde había que enfrentarse día con día a estúpidos complejos de aún más estúpidos adolescentes. ¡Vamos! La gran mayoría de vampiros, por más de cientos de años que tuviesen, parecían no haber vivido ni la tercia de lo que algunos humanos lo habían hecho, seguían siendo unos críos. O quizá sería el efecto que tenía la Academia sobre ellos, volver a estudiar y utilizar un uniforme, después de tantos años de libertad y afrontar la vida como mejor les viniese en gana, era como un retroceso en la frágil cordura que le queda a un ser cuando ha vivido por tanto tiempo. Y bueno, los humanos, por naturaleza, eran unos críos, sin excusas ni excepciones. Admirable era su trabajo, de verdad.
Anneliesse Nightray- Sangre pura
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Jue Mayo 15, 2014 4:44 am por Sena Mizuchi