Taizō Ōkouchi [ACEPTADA]

por Invitado Dom Sep 30, 2012 6:46 am

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Nombre:
Taizō Ōkouchi.

Edad:
Tiene 17 años y, como tal, también los aparenta.

Sexo:
Hombre.

Raza:
Humano.

Clase:
Clase del Sol.

Orientación sexual:
Heterosexual.

Descripción física:
¿Qué cómo es Taizō físicamente? Pues tan solo con mirarle se puede apreciar que es un hombre atractivo. Taizō heredó los genes de su hermosa madre, presentando así una tez blanca, casi marmólea, al igual que pulcra y, en apariencia, cargada de una suavidad irrefrenable. En compañía de su rostro, presenta unos retorcidos ojos de color ámbar que ocultan tras de sí incontables vacíos e inquietudes. Por otro lado, Taizō presenta un cabello ligeramente largo, suave al tacto, y que no duda en tratar con bastante mimo. Es de color rubio, un rubio tan intenso que puede llegar a ser confundido con el propio reflejo del oro. Taizō es alto, rozando el metro ochenta, pero sin llegar a sobrepasarlo. Presenta un cuerpo bien curtido, debido a la constante actividad física que mantiene a diario. Y es que le gusta verse bien físicamente a pesar de no resultar ser un hombre presumido. En cuanto a vestimenta, si dejamos el uniforme escolar de lado podemos apreciar que el joven de rubios cabellos es un chico bastante sencillo. Le gusta complementarse con colores apagados, gustando de llevar camisas de diferentes tipos -pues las camisetas nunca fueron de su agrado-, pantalones vaqueros (en su gran mayoría) y deportivas. Le gusta verse informal a pesar de pertenecer a una familia de alto estatus.

Foto 1:

Descripción psicológica:
Todo el mundo esconde algo. Algunas personas esconden secretos, otras muchas esconden acciones que no desean que salgan a la luz, otras pocas esconden sus ideologías para no ser reprochados, más en el caso de Taizō, éste esconde sus sentimientos. Nadie es quien dice ser, nadie puede ser tan claramente natural y sincero como la propia verdad, nadie es nadie. Todo el mundo está equivocado con respecto a Taizō, ese muchacho amable y bonachón que no puede negarse a nada, que no puede defraudarte, ni tampoco traicionarte. ¿Por qué equivocados están todos, entonces?, porque Taizō no es quien dice ser, no es quien aparienta ser. ¿Quién es Taizō?, todos creen saberlo, pero la verdadera realidad es que nadie lo sabe. Durante toda su vida, se ha visto rodeado de personas y escenarios que jamás habían sido de su agrado. Tuvo que vivir una vida que jamás deseó y eso provocó en su personalidad una agitada flexibilidad que se adapta a cualquier tipo de entorno. Nadie sabe quién es realmente, pues muchas facetas son las que lo forman y muchas mentiras son las que le alimentan.

Difícil es saber lo que realmente piensa y, más aún, lo que desea. Para los demás, Taizō siempre ha sido ese muchacho atlético que se ha ganado un pequeño puesto en el instituto debido a sus habilidades deportivas; para los estudiantes, Taizō siempre será visto como un estupendo compañero, un joven que desprende simpatía y causa estupendas vibraciones, un chico que no se enfada por nada y que tampoco presenta motivos para hacerte enfadar. Es ese amigo, ese confidente, es aquel hombro donde apoyarse y llorar. Todos le utilizan en alguna ocasión y él no tiene más remedio que complacerles. ¿Por qué?, porque siempre ha presentado un problema: Desea caer bien a la gente. Siempre ha sido así, desde su niñez, ha presentado esa necesidad casi insólita por agradar a las personas. Siempre ha deseado ser perfecto en todo, siempre se ha esforzado por ser reconocido por los demás. O incluso mejor a ellos.

Será ese personaje que tu quieres que sea, se amoldará a esa personalidad que tu deseas, se convertirá en ese chico con el cual deseas estar porque, simplemente, actúa de esa manera que tú deseas que actúen los demás. Pensarás que es un muchacho único, que no habrá nadie como él, que es demasiado sincero, que es real. Pero todo será una farsa, un juego por sobrevivir en aquella salvaje selva donde él, ha optado, por convertirse en el camaleón. Taizō, ese gran misterio, aquel muchacho que ni si quiera sus mejores amigos conocerán. Muchas irrealidades ha contado sobre su vida, muchas patrañas ha sacado a la luz con el fin de aparentar ser una persona que no es. Por aparentar ser una persona que quieren que sea. Una marioneta del destino, un hombre que jamás ha podido expresar con libertad lo que realmente piensa. Condenado en su propio carácter, asfixiado por su propia manera de ser. ¿La libertad?, la perdió desde el momento en el que nació.

Y desea romper con esa monotonía de vida y desea sacar a la luz su verdadero 'yo', un 'él' que ya ha sido devorado por sus demáses. ¿Quién es Taizō?, ni él lo sabe, ni él se acuerda. Él es quien tu quieras que sea. ¿Quién quieres que sea, pues?, no se quejará, ha vivido toda su vida en esa cúpula de engaños de la cual ya le es imposible escapar. ¿Su verdadera personalidad? Un ente interrogativo que tendrás que descifrar por tu cuenta, si lo consigues.

Gustos y disgustos:

Gustos:
- Las noches oscuras, aquellas en las que la luna no hace acto de presencia.
- Los deportes. Y si le dan a elegir, le gusta concretamente el tenis.
- Aunque parezca que no, le encantan los dulces -en concreto los de chocolate-
- La lectura, novelas de misterio, en su gran mayoría.
- Le agradan los niños pequeños, aunque no suele soltarlo a los cuatro vientos.
- El silencio, la calma, la tranquilidad. Sabéis a lo que me refiero, ¿verdad?
- Los cafés bien cargados y las refrescantes limonadas.
- La música rock; presenta un repertorio entero de la misma, realmente le apasiona.
- Los animales, en concreto los escorpiones. Un gusto raro lo tiene cualquiera, ¿no?

Disgustos:
- Los días lluviosos, chispeantes, nublados. Odia la lluvia, en serio.
- No le gusta perder en competiciones deportivas, le hunde la moral.
- La comida picante, realmente la detesta.
- Los gritos. No soporta que la gente grite, sobretodo cuando conversan con él.
- Las historias paranormales, los cuentos para niños, los monstruos que se esconden en las noches. En serio, ¿quién sería capaz de creerse tales estupideces?
- Su propia forma de ser, sabe lo que hace y no soporta comportarse así.
- Su nombre: Ōkouchi. No lo soporta, por lo que, interiormente, le molesta mucho que se refieran a él llamándolo así.

Curso:
Secundaria Alta - Primero.

Historia:
Sencilla, concreta y fácil de entender es la historia del joven de rubios cabellos, a quien todo el mundo cree conocer. Todo comienza cuando, en una fiesta de antiguos alumnos, Taizō Hiro y Takada Mei se reencuentran de nuevo. Ahora dos adultos que no presentaron muy buena fortuna en el amor a lo largo de sus vidas. No fue difícil de convencerse que debían salir, quedar más, de tal manera que a los pocos meses ya se encontraban estableciéndose como una pareja formal, una pareja que nadie esperaba pues ambos siempre habían resultado ser incompatibles. Ella la cerebrito de la clase, él el tan deseado y apuesto atleta. ¿Algo había mal en aquella relación?, claro que no, el amor rompe siempre los esquemas que consideramos correctos.

Los meses fueron pasando, los años incluso y finalmente la pareja decidió que solidificar su estabilidad sería la idea correcta después de tanto tiempo manteniéndose unidos. Fue así como la boda realizada en un caluroso verano los unió de por vida. Hombre y mujer, siempre juntos, hasta que la muerte los separe. O, por lo menos, hasta que el nacimiento de un niño lograse desestabilizarlos. Mei había pensado que sería una buena idea ampliar su familia, dar a luz a un hijo que se encargase de todo su patrimonio en un futuro; sin embargo, Hiro jamás había estado de acuerdo con ello. Ambos se habían convertido en personas ajetreadas y cuidar a un niño en aquellos momentos no era una buena salida para fortificar un matrimonio que había ido desgastándose con el tiempo, igual que un juguete viejo.

De igual modo y debido al destino, Ōkouchi nació. Una pequeña criatura de ojos dorados rompió en llanto un 13 de Marzo entre los brazos de su madre. El embarazo había sido inesperado y, aunque por parte de Hiro jamás lo había deseado, pronto comenzó a manipular planes de futuro para su pequeño niño. Ni si quiera presentaba dos años y el hombre ya podía acariciar con los dedos la brillantez que desprendería el pequeño Ōkouchi en un puesto de trabajo donde trabajasen codo a codo. Era realmente aberrante la mentalidad del hombre, pero supongamos que ésta procede del poco deseo que tenía el varón por cuidar de un chiquillo. Fue por este motivo, por las pocas ganas de cuidarle y el poco tiempo que presentaban para ello que el pequeño de rubios cabellos se quedó a cargo de su abuela materna; una mujer que jamás olvidaría en su vida.

El chico, a medida que iba creciendo, fue asistiendo a exquisitas academias y colegios privados, siempre en continuo cambio, siempre con nuevos compañeros, nuevos profesores. Nunca había presentado problemas para los estudios, pues siempre le había resultado interesante aprender, y gracias a las clases diarias de tenis que recibía siempre mantenía la mente bien despejada y altiva. Desde los seis años, el chico comenzó a maravillarse por el deporte; practicó fútbol, baloncesto, natación y tenis, siendo éste último, su deporte por excelencia. Debido a esta afición, con el paso del tiempo fue acostumbrándose a realizar diariamente ejercicios para mantener su cuerpo en forma y a pasar el tiempo fuera de casa: Más aún cuando su abuela Miname falleció presentando él tan solo 11 años de edad. Los estudios comenzaron a situarse en segundo plano y su pasión por los deportes empezó, casi, a enfermarle. Fue por este motivo por el cual las disputas entre él y su padre dieron comienzo.

Con 15 años, y en consecuencia a los continuos enfrentamientos que tanto el chico como su padre presentaban, Mei, su madre, decidió enviar al muchacho junto a su tía, Akako: Una viuda mujer, que se encontraría pendiente de él hasta que sus estudios académicos hubiesen finalizados. Así, alejado de sus padres durante dos años, Ōkouchi ingresó en la Academia Cross, comportándose como ese chico perfecto que en realidad no es. Deseando esconder así sus sentimientos, Ōkouchi, o mejor dicho Taizō -como le gusta ser llamado- ha empezado una nueva vida en dicho instituto, resultando ser un estudiante completamente sencillo, a pesar de misterioso. Ahora, con 17 años, Taizō no piensa en otra cosa más que en el volver a reencontrarse con su padre y poder echarle en cara todo aquello que de pequeño jamás pudo decirle.

Otros datos y peculiaridades:
- El chico de rubios cabellos podría ser considerado como el típico muchachito don perfecto. Se le da bien cocinar, logrando realizar unas tortillas realmente espectaculares. Los deportes son lo suyo, mostrando así bastante maestría en ellos; en concreto el tenis. Se le da bien tocar el piano, un hobbie que mantiene en secreto pues lo encuentra bastante personal. Si siguiésemos mirando, podríamos añadir que tiene grandes expectativas para convertirse en una verdadero manitas. Es, en definitiva, el mítico muchacho que sabe un poco de todo. Menos de baile. La moda y el baile nunca han sido de sus mejores cualidades.
- Porta siempre consigo un colgante en forma de ala de un ángel. Se lo regaló su abuela cuando éste cumplió los nueve años de edad.
- Su mayor deseo siempre ha sido convertirse en entrenador de tenis, pero sus padres jamás se lo permitirían. 'Se trata de un trabajo poco digno', como dirían ellos.
- Cuando está nervioso, suele acariciarse la nuca para intentar relajarse.

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Nombre del anime/manga/videojuego:
Starry Sky.

Nombre del personaje original:
Ryunosuke Miyaji.

"Durante la noche, todos los vampiros son pardos"

por **Dino Herondale** Dom Sep 30, 2012 8:34 am

Buen trabajo con la ficha. Aceptada, sin embargo, modifica este parrafo:

Taizō heredó los genes de su hermosa madre, consiguiendo así unos rasgos bastante deleitosos a la vista de cualquier persona.

Por más guapo que sea tu pj, quizás para algunos no lo sea (Para Axel quizás, LOL). Y creeme, otro que te revise la ficha podría darte problemas con aquello. Así que bueno, sólo edita eso y luego te doy el color :)

Nos estámos leyendo por ahí~

por Invitado Dom Sep 30, 2012 8:41 am

No pensé que mi descripción física hubiese quedado tan narcisista, jajajajaja.
Gracias por el aviso: editado y arreglado (:

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