Cerezas, Fresas & Zarzamoras~ (?)

La niña le agarró bastante cariño a la nana, pero no era como una madre, la pequeña nunca consideró que tuviese o que necesitara una madre, era suficiente con vivir encerrada en su mundo, los libros, nunca le hizo falta tenerla. Creció siendo bastante autónoma.

Su madre no quería que se enteraran que tenía una hija de cuatro años, así que su habitación la instaló en el ático, a Camille no le importaba, mientras tuviera libros era completamente feliz. Mientras su madre subía a la fama, bebía más alcohol y se metía más píldoras de diferente tipo. Su amiga al poco tiempo falleció a causa del cáncer, así que podría ocultar mejor su secreto.
La pequeña cada vez se volvía más solitaria, un maestro particular iba a darle clases a su hogar. La razón: la nana de Camille le pidió a la madre de ésta que le cambiara su paga por un maestro para la pequeña, ella accedió era menos dinero que gastar, ya que el profesor le cobraba menos que la vieja nana. La niña aprendía bastante rápido, el maestro se sorprendía con su habilidad para aprender, la pequeña mostró que desde muy pequeña lo que quería, así que obligó a su madre a que le contratara un maestro de idiomas, aprendió lo suficiente de 4 idiomas pero nunca los dominó, ya que al poco tiempo su madre sufrió una intoxicación por las pastillas y el alcohol, así que no hubo manera de seguir pagando a su profesor.

Pasó el tiempo, su madre al parecer se había recuperado, puras mentiras, claro está. Seguía consumiendo sus muñecas, pero una vez más paulatinamente iba consumiendo más y más, según su madre tenía que tomarlas por la presión del trabajo, ya que supuestamente aquello no le permitía dormir tranquila. Camille fue desarrollando cierto odio a su madre y a las mujeres como ella, pero lo ocultaba.

Poco a poco salió de su encierro, a los diez años comenzó a tener una vez más a un maestro particular, estudió con ella durante cinco años y ella le tuvo un gran cariño. Él la invitó a entrar a la escuela donde él trabajaba, para que socializara más, ella accedió y su madre también, aunque su tutora en sí, era su nana. La niña en el salón de clases era reservada y evitaba tener contacto con los demás alumnos ¿por qué? Los niños de su edad le parecían demasiado inmaduros a comparación de ella, eso y que toda su vida se la había pasado encerrada en su habitación leyendo libros. Tímida no es una palabra que la describiría, la chica se desenvolvía con facilidad, pero su mente era de alguna manera mayor a la de las chicas de su edad, así que no podía tener una conversación de su agrado con ellas.

Pasaron lentamente los años, la escuela se le hacía más aburrida cada día que pasaba. Claro, aprendía muchas cosas allí, pero era mínimas a comparación de lo que ella sabía. Cuando cumplió 19 años, comenzó a trabajar junto con su madre ayudándole a diseñar ropa, nadie sabía aún que Camille era su hija, sólo veían mucho talento en ella y sabían que llegaría a más con su creatividad, como era de esperarse, su madre no estuvo de acuerdo con que ella llegara a ser más, así que la despidió y le cerró muchas puertas. Esto sólo provocó que creciera el rencor que tenía Camille guardado dentro de ella hacia su madre.

El día que la despidieron, regreso molesta a casa y comenzó a empacar un par de maletas, se mudaría con una de sus amigas. Su madre llegó un par de horas después, Camille estaba segura que a su madre no le importaría, así que pasó enfrente de ella, su madre sólo dio un pequeño suspiro y en un tono indiferente le dijo: “Yo jamás tuve una hija”.

Llegó a la casa de su amiga, desempacó, ella le había ofrecido su hogar mucho tiempo atrás, quería a Camille más que como una amiga. Camille le comentó a su amiga su frustración al no tener empleo, la otra chica cegada por el amor que le tenía, llamó a una de sus viejas amistades y le pidió que le diera empleo a su amiga, sin que ésta se enterara que ella se lo había pedido. Al día siguiente apareció en la puerta un joven con unos ojos negros bastante bellos, le comentó que la había visto diseñando la vestimenta para el musical y que le gustaría darle empleo en otro lugar, le mencionó que tenía cierto parecido con Alice O’Hara, Camille se estremeció al escuchar aquel nombre, ese nombre de la mujer que le había dado la vida y que ahora tanto despreciaba.
En las noticias anunciaron que nuevamente la estrella de Broadway, Alice O’Hara había tenido un problema con las píldoras para dormir, a Camille no le importó y continúo su vida normal, al fin y al cabo, no tenía madre.

Comenzó a salir a cenar con aquel hombre que le había dado el empleo, sólo quería una amistad con él, ya que se había empezado a relacionar con su amiga. Se había olvidado de su madre, pero de un momento a otro le entraron ganas de ir a verla. En la puerta estaba su nana esperándola, se le notaba el paso de los años, aunque sólo habían pasado meses, cuando Camille partió no se despidió de ella y eso la había hecho caer en una gran depresión y se había descuidado mucho, al verla un brillo se asomó por sus ojos y una lágrima cayó a través de sus mejillas, mientras que una sonrisa apareció al ver al joven que veía con ella: -“Tú madre no se arrepiente de nada, cree que fue mejor que no te criaras con ella. Pero ahora quiere decirte un par de cosas, está en la etapa final de su vida, le detectaron cáncer como a su amiga que tanto celaba, al parecer sólo te espera a ti”- le dijo con un gesto de tristeza en el rostro.

Camille entró a la habitación con su amigo, su madre, hizo una sonrisa y sus ojos se fijaron en el joven que la acompañaba, él sonrió con lástima y salió de la habitación. Sí, aquel joven era del que se había enamorado años atrás, aquel día cuando cometió el error de meterse con el viejo ese, dio un sobresalto y le dijo a Camille con paciencia: “Hija, aléjate de él, no he sido la mejor madre pero debes hacer lo que te digo, luce igual…” Alice suspiró y su respiración se detuvo. Camille movió su cabeza hacia ambos lados y dijo: “¿Por qué habría de hacerte caso ahora? No eres mi madre, jamás tuviste una hija.” Salió de la habitación, tomó de la mano a su acompañante y se dirigió con su nana, le dio la noticia, se despidió y se fue una vez más.

Ya en casa de su amigo, el ambiente de un momento a otro se hizo más pesado. De pronto le pareció ver los ojos de su amigo de un color rojo, le invitó un poco de vino y ella lo aceptó, comenzaron a tener una plática sobre lo que les había sucedido en el día. Camille se acercó a la ventana y recorrió un poco la cortina, de un omento a otro sintió una respiración en su hombro, el aliento dulce de su acompañante le susurró en el oído: “Debiste hacerle caso a tú madre, como buena chica”. Bajo el pequeño rayo de la luna, los dientes de aquel joven se enterraron en la piel de Camille, de pronto lo que su madre le había dicho cobró sentido. Cerró sus ojos y se empezó a escuchar un ruido ¡era su teléfono! Él la soltó y desapareció, con las pocas fuerzas que le quedaban, contestó el teléfono, era su amada Karla, después de eso la joven cayó inconsciente.

Cuando despertó estaba recostada en su cama, con Karla abrazándola a un lado. Sentía una pequeña punzada en su cuello, su mano llegó al punto del cual el dolor venía y sintió dos heridas, se levantó de la cama y se sentía de alguna manera, diferente. Tambaleándose, llegó al espejo y se miro sus dos heridas, dos pequeños círculos que parecían una mordida, dio un par de pasos hacia atrás y se dejó caer en el suelo del baño, recordando lo que había pasado la noche anterior.
Su amada Karla entró por la habitación y le explicó todo lo que tenía que ver con vampiros, todo cobró sentido de un momento a otro. Le dio una mala noticia: Su nana había muerto. Ella le había dado una carta, que Karla le entregó un momento después, la carta sólo le explicaba que le dejaba una herencia y que fuera al banco para obtenerla. Sin pensarlo dos veces, se dirigió al banco para saber con cuanto dinero contaba, era más de lo que ella esperaba. Regresó rápidamente a su casa y empacó sus pocas pertenencias, saldría a conocer el mundo sola. Finalmente después de muchos años de viajar, terminó rentando un departamento cerca de la Academia Cross.