Φ500 days of FUCK YOUΦ [ACEPTADA]

Prefacio

Aiko nunca pensó que iría a tener a su primer bebe de una forma tan desagradable: En un autobús común y corriente, añadiendo que en ese día hacían 40 grados de calor. Un día más caluroso no pudo haber habido en el Japón de esa época. Aiko, quien apenas tenía 16 años iba a tener un hijo. Un hijo no deseado, un hijo que vino de sorpresa luego de que hiciera el amor por primera vez con su novio. Y al muy tarado se le olvidara usar condón. Ella que apenas tenía 5 meses de gestación iba tranquilamente en aquel autobús hacia un pequeño pueblito de importancia insignificante ya que ni si quiera figuraba en un mapa, con tal de poder visitar al médico local para que le hiciera un aborto clandestino. Aiko era una Kogal, y como tal, sus prioridades eran ella misma y si bronceado, que tener que encargarse de un crio. Su novio, Daisuke había abandonado a Aiko apenas al instante en el que ella le revelo que estaba embarazada. Mala decisión, los hermanos mayores de ella se encargaron de darle una paliza al desgraciado 3 días después. Y Daisuke se vio obligado a lidiar de nuevo con su novia, sin tener derecho a romper con ella si es que no quería otra paliza.

Y bueno…ahora Aiko estaba a punto de dar a luz. Un par de señoras le prestaban ayuda, actuando cómo las matronas. Y Aiko era tan inmadura y malagradecida que tan sólo le preocupaba que le sacaran al bebe de una vez. Ni si quiera sabía de qué sexo era y tampoco le importaba. Lo único que quería esta egoísta pelinegra era deshacerse de su hijo o hija cuanto antes. Una cabeza anaranjada se asomo y cuando eso sucedió, la chica de cabellos negros de nuevo dio un grito de dolor. Seguido de un par de maldiciones e insultos. Le daba rabia verse en esta situación tan humillante, dejando que un par de extrañas examinaran su “pussy” para poder sacar al bebe. Que pujara más le decían, que se esforzara más si quería al nene fuera de ella. Pero esta Aiko.

Agradezco que luego no iré a narrar nada más acerca de ella, ya que hasta este punto, Aiko me desagrada.

Una vez que todo el cuerpo del infante fue sacado, se escucho el característico llanto de un bebé al nacer. Los otros pasajeros del bus aplaudieron para celebrar el nacimiento del niño, al menos en consideración ya que este tenía una madre que no lo quería. Aiko se quedo allí, recostada en el suelo, jadeando y estando en su propio charco de sudor y sangre. Olía horrible, eso es algo que debo destacar. Una de las señoras se acerco con el niño en brazos hacia Aiko y le preguntó:

-¿Qué haremos con él?

A lo que Aiko les respondió:

-Lo que se les dé la gana.

Y es a partir de ahora cuando les narraré la verdadera historia. Damas y caballeros, prepárense para conocer la vida y obra de Enma Akatsuki.

Lo que paso después

Habían pasado 5 años desde que Enma fue dejado en una pequeña cesta en el único orfanato que estaba presente en el pueblo de Akatsuki. La historia de cómo obtuvo su nombre y su apellido es un tanto curiosa. Aquella vez en que la señora María del Rosario vio al pequeño en una cesta, lo examino con cuidado. Y, cómo si fuera una niña que acaba de recibir a su mascota, le coloco Enma al niño, en honor a la hija que perdió por causa de una enfermedad. El apellido lo obtuvo por qué simple hecho de que Akatsuki era el lugar en dónde Enma había estado viviendo. De esta forma, el nombre completo del cabeza de jengibre sería “Enma de Akatsuki”. Por haber nacido prematuro, Enma siempre fue el más pequeño de sus amigos (los cuáles eran el orfanato), aunque, a su temprana edad era algo que no le importaba mucho. El tenía la convicción de que, cuando se pegara el estirón sería mucho más alto. Y era algo con lo que soñaba muchas veces, llegando a fantasear que algún día sería igual de alto que un jugador de Básquetbol. A sus cinco años Enma era un niño que no se podía quejar de nada. Al menos era algo que él consideraba de esa manera. Tenía un hogar, ya que para él, el significado de la palabra hogar no era la típica casa tradicional con la familia tradicional. No, su hogar era el orfanato, las señoras que lo cuidaban, sus amigos. Su manada, ese era su hogar, y, el pequeño Enma tan sólo era un cachorro más de la familia.

A medida que los días, semanas y meses pasaban, de los pocos amigos que Enma tenía, cada uno era adoptado por una nueva familia. Y así transcurrió un par de años, hasta que de 6 cachorros tan sólo quedo uno. Enma siempre había sido considerado por los demás cómo el “Patito Feo” del grupo. Aunque esa no era una de las razones por las cuáles nunca haya sido adoptado por una familia. Enma simplemente quería quedarse viviendo en el orfanato. Para él, su familia estaba en ese lugar, y no necesitaba de otra.

Cómo ya no tenía amigos con quienes jugar, Enma se dedico a ayudar a las señoras del hogar. En la cocina, en los baños, el pequeño Enma ayudaba absolutamente en todo. Su servicio fue recompensado en navidad, cuando recibió su regalo por parte de las señoras del orfanato: Una patineta y un bate de Beisbol. Fue imposible separarlo de dichos objetos más tarde. Para Enma, eran sus más preciadas posesiones.

~Música de fondo~

Enma esperaba algún día poder volver a ver a sus amigos. La soledad era algo que no le agradaba, y, desde que los chicos habían sido adoptados, el jamás recibió ninguna noticia de ellos. No obstante, Enma no sabía que algo le ocultaban. Una verdad siniestra y desgarradora que fue la primera cosa que llegó a marcarlo.

Cuenta la leyenda

-Hey, tía Rosa ¿Quién es Boogie?

Aquella vez en la que Enma le hizo aquella pregunta a María del Rosario, esta se quedo de piedra, frunció el ceño y de un regaño lo mando a ir a su habitación. El pequeño que ya iba a cumplir los 8 años nunca comprendió el por qué lo mandaban a su pieza cada vez que preguntaba por Boogie. La interrogante ahora era: ¿Cómo llego a enterarse de ese nombre? Todo comenzó 4 días atrás…

Enma ya había finalizado de hacer la limpieza de los baños del orfanato, y, ya sin ninguna otra tarea que hacer, fue en busca de su patineta y su bat de beisbol y se fue hacia el pueblo a jugar en el viejo terreno baldío. Antes, se paso por la pescadería del viejo Mushishi para pedirle que le diera un poco de aquel delicioso ceviche que el viejo preparaba tan deliciosamente. Allí fue cuando escucho a un par de señoras hablar acerca del “nuevo accidente” que le ocurrió a una de las familias que vivían en la gran ciudad. Cómo él también quería saber acerca de lo que le sucedió a aquellas familias, se fue sin previo aviso de la pescadería, dejando su ceviche a un lado y sigilosamente, andando en su patineta siguió a ambas señoras por detrás. Cómo era un niño a Enma le gustaba enterarse de todo. No obstante había cosas de las que era mejor no enterarse.

Cuando escucho la palabra “Asesinato” y “El niño que desapareció antes era del orfanato” dejo de seguir a las señoras. Simplemente se detuvo, en medio del camino con una expresión de terror. El esperaba que aquel niño no hubiese sido uno de sus amigos.
Esperaba fuertemente que no fuera eso.

Más tarde descubrió que el responsable de los asesinatos se hacía llamar “Boogie”.

A medida que se daba cuenta de que mientras más preguntara por el misterioso Boogie, más le negarían la verdad, Enma tomo la decisión de ir a investigar sólo. Cada noticia más que aparecía sobre los asesinatos se iba relacionando con el orfanato de Happy End. Hasta ahora, 5 familias habían sido asesinadas y en cada una, uno de los hijos desaparecía. Los policías habían informado ya que los 5 niños actualmente desaparecidos habían sido adoptados del orfanato Happy End, ubicado en el pueblo de Akatsuki. Los nombres de los 5 niños eran: Mikoto, Masato, Misaki, Misaka y Mamoru (Curioso, ya que todos los nombres empiezan con M y tienen 6 sílabas). Para Enma, le fue difícil saber en un principio que sus amigos se encontraban desaparecidos. Maldijo el día en que a cada uno de ellos los adoptaron, diciéndose a sí mismo que desearía retroceder el tiempo para evitar que se los llevasen.


Boogie pronto se convirtió en parte de la vida de Enma. Aún no sabía quién era. Nadie sabía con exactitud quien era Boogie. Lo único bueno, es que ya no había matado a más familias. Fueron 5. Fueron tan sólo 5. Sin embargo…tenían que atraparlo, antes de que llegara a asesinar a una sexta. Enma trato de seguir con el transcurso normal de su vida. En un par de años, Boogie ya había sido olvidado por completo. Enma, pese a su corta edad comenzó a adentrarse al mundo de las calles, uniéndose a grupos de pandilleros. Akatsuki de a poco se iba convirtiendo en una ciudad gracias al ingreso de nuevas tecnologías. Las pequeñas casas iban siendo reemplazadas por grandes edificios y lo único que aún seguía en pie eran las tiendas, la escuela, el hospital y el orfanato. La pandilla a la que Enma se unió consistía en un grupo de delincuentes de otras escuelas que se dedicaban a vagar por las calles de día, pero que por la noche organizaban peleas callejeras y torneos deportivos. Dichos torneos eran: una carrera de autos, una carrera de motos o un concurso de patineta para poder pasar el rato y más que nada para lanzar apuestas. Enma, cómo era de saber, participaba en el último. Las habilidades de patinaje del peli naranja eran excepcionales y nadie, pero nadie podía darle la revancha.

Los días pasaban y Enma de a poco iba dejando el orfanato en el olvido para quedarse con la pandilla. Poco a poco, él se iba metiendo en aquel mundo de delincuencia y peligro. Pero para él, los miembros de la pandilla se habían convertido en un reemplazo de aquel hueco vacio que dejaron sus 5 amigos desaparecidos. Enma tan sólo era un cachorro que se integro a una nueva manada.

Un día, luego de un largo tiempo en el que Enma había permanecido en la pandilla, este volvió a las puertas del orfanato, golpeando tres veces la puerta. Fue ahí que, María del Rosario, con las arrugas de la edad en su rostro le abrió la puerta a un niño que se presentaba con sus ropas gastadas y manchadas de sangre, el rostro levemente moreteado y un ojo derecho horriblemente hinchado al punto de tornarse negro. La morena lo reconoció al instante: Era Enma. Lo abrazo de inmediato, mientras él se quedaba quieto. Sus ojos no denotaban expresión alguna. Y María del Rosario no creía quien sería capaz de golpear de esa forma a un niño de 11 años.

-He fallado en mi misión-Fue lo único que dijo. Rosa le sostuvo de los hombros y lo miro fijamente a aquellos ojos amarillos de este. “¿Cuál? Fue lo que le pregunto. A lo que el niño le respondió:

-No lo mate. No fui capaz de matar a ese vampiro.

Aquellos momentos en los que Enma había permanecido con los miembros de la pandilla se había enterado de dos cosas: La primera, era que en este mundo existían los vampiros. La segunda era que, había gente que los cazaba. Resultó ser que, los miembros de aquel grupo descendían de familias de cazadores de vampiros, mientras que algunos eran ex cazadores que fueron desterrados de la asociación por su comportamiento corrupto. Enma, que se había unido a ellos y que apenas era un niño, pronto fue inculcado en la errónea idea de que lo malo era lo bueno y lo bueno era lo malo. Acompañaba a veces a sus compañeros a ir de cacería por las noches, entrando sin permiso a casas ajenas con el fin de masacrar a una familia de vampiros que vivían ocultos en la ciudad. Enma no los mataba, sin embargo había estado presente en cada una de las matanzas. El líder de la pandilla consideraba que este mundo pertenecía sólo a los humanos, por lo tanto, todos los vampiros debían ser eliminados sin ninguna excepción. De esta forma, de a poco cada vampiro que vivía en el pueblo de Akatsuki iba siendo asesinado. No obstante, mientras más vampiros mataban por la noche, al día siguiente uno nuevo aparecía. La pandilla nunca supo determinar de dónde provenían los vampiros ya que les parecía un tanto raro que los que llegaban a atacarlos no los transformaran. Fue por eso que, cuando averiguaron que sólo existía un tipo de vampiros que era capaz de transformar a los humanos, y que dicho vampiro tenía una familia viviendo en la única mansión que estaba en Akatsuki, lejos de todos los edificios, decidieron enviar a su miembro más joven, para ver si, matando al vampiro líder mataban a todos los vampiros de la ciudad. Y dicha persona que enviaron se trataba nada más ni nada menos que de Enma.

No obstante, aquel grupo tenía un conocimiento totalmente erróneo sobre los vampiros. Eso fue lo que Enma descubrió cuando fue directo a la mansión de aquellos sangre pura. Toco el timbre, y al momento en el que abrieron las puertas lo primero que vio fue a una mujer saliendo de la mansión. Sin embargo, cuando paso al lado de Enma, lo primero que intento hacer fue morderlo. Fue una fortuna que este hubiese llevado su bate, ya que al momento de golpearla, este paso a ser una espada. Y en lugar de golpearla en la cabeza, lo que hizo fue decapitarla. La mujer se hizo polvo al instante, y, sorprendido, a Enma se le cayó la espada al suelo, la cual volvió a ser nuevamente un bate. Unos aplausos interrumpieron su sorpresa. De la misma puerta de dónde salió la mujer, un hombre vestido de forma elegante, llevando un bizarro peinado se acerco aplaudiendo hasta dónde estaba el pelinaranja.

-Wonderfull. El bate que se transforma en espada. Eres la segunda persona que veo cómo usuario de aquella encantadora arma anti-vampiros. No obstante…tú no eres un cazador. Eres un simple humano poseedor de un arma tan peculiar como aquella.

Enma recogió su bate, armándose nuevamente para enfrentar a aquel vampiro. No obstante, aquel tipo lo detuvo apuntando con su índice en la frente del cabeza de jengibre. Tenía sus uñas filosas, y el dedo que se clavaba en la frente de Enma iba dejando un hilillo de sangre producto del filo de sus uñas.

-No, no, no. Yo no haría eso. ¿No querrás terminar convertido en polvo como aquella mujer verdad?-Le advirtió, tomándolo de su pollera y elevándolo hacia arriba con un solo brazo. Enma comenzó a moverse de un lado a otro intentando zafarse, pero era un esfuerzo en vano, el apenas era un niñato y tenía un 0,1% de probabilidades de matar a aquel vampiro. Temió que este fuera a morderlo, por lo que el miedo se reflejaba en sus ojos en aquellos instantes –Tú ya antes me habías conocido. Pero nunca espere que me fueras a dar una visita. Se supone que la haría yo, cuando ya te hubiesen adoptado. No obstante, nunca lo hicieron…-Le dijo este, soltándolo. Enma cayó al suelo, y elevando su cabeza podía ver lo alto que era aquel hombre. Su rostro era tapado por su sombra, no obstante podía divisar los ojos rojos y la sonrisa blanquecina de este. Enma lo miró, confundido. A aquel hombre era la primera vez que lo veía, por lo que no entendía mucho sobre que le estaba hablando.

-¿No me recuerdas Enma? Soy yo. Boogie

Y ahí fue cuando todo cobro sentido.

Cuando descubres la verdad

Una extraña epidemia estaba azotando a Akatsuki. Una epidemia que, hasta el momento no tenía cura. Era una lástima que todo esto comenzara justo en la época de navidad. La gente no salía de sus casas, temerosas de que si salían afuera alguien los contagiara. El médico local, Okazaki Kuroh iba a visitar a domicilio a cada uno de los enfermos. No obstante, pese a sus esfuerzos estos terminaban muertos tres días después. Kuroh no podía encontrar ningún agente patógeno, bacteria o virus que les provocara a los ciudadanos aquella misteriosa enfermedad. La pandilla a la que antes había pertenecido Enma se disolvió a causa de la epidemia; más de la mitad de los miembros habían muerto enfermos y el resto que no enfermo decidió huir de la ciudad de Akatsuki con el fin de evitar ser contagiados. En el orfanato quedaban muy pocas personas, más Enma que al final se convirtió en el único niño en no ser adoptado. Sus heridas de antes ya estaban recuperadas. De todas formas, sólo habían pasado 4 meses de aquel incidente. No obstante, ahora que sabía que Boogie vivía en la ciudad, este tenía miedo de salir del orfanato y convertirse en otro niño desaparecido. Por lo que había tomado la decisión de quedarse en el orfanato para siempre, sin salir de allí nunca más, temiendo que Boogie lo encontrara y se lo llevase cómo a sus otros amigos.

En navidad, Enma recibió pocos regalos cómo era costumbre. Sin embargo, había una caja de regalo que iba destinada hacia él, y que no había sido enviada por ninguno de los funcionarios del orfanato. Al abrirla, este se encontró con que era una antigua cámara de video, un viejo reproductor para reproducir las cintas y 5 cintas de video, que al parecer eran sólo cortometrajes. Una vez que todos se fueron a dormir, Enma se fue a su habitación, coloco una sábana blanca en la pared cómo pantalla, conecto el reproductor y comenzó a reproducir las cintas una por una. La primera tenía un nombre bastante atractivo: “Día en el jardin”. Pero cuando Enma reprodujo el video…se quedo petrificado después de ver la cinta.


Una familia compuesta por cinco miembros eran mostrados en el cortometraje. La primera parte, eran ellos disfrutando de un momento de felicidad en lo que parecía ser el jardín de su casa. En la segunda parte, sólo 4 de ellos estaban amarrados de las manos y con una soga al cuello que estaba sujeta a la rama de un árbol. Una de las ramas es cortada, provocando que, la que sostiene las cuerdas se eleve haciendo que la familia muera ahorcada. Después de que sus cuerpos dejan de moverse producto de la asfixia, se ve cómo una pequeña niña se baja de una de las ramas, se balancea en el cuerpo que parece ser el padre, y luego, acercándose a la cámara coloca su dedo índice en su boca, con una sonrisa traviesa, susurrando: No le digas a nadie. Y resultaba que esa pequeña niña era Misaka, una de las amigas de Enma.

El peli naranja, con dedos nerviosos apago de inmediato el reproductor, dejando la habitación nuevamente a oscuras. Se fue a esconder, debajo de su cama (siempre solía hacer eso cuando sentía miedo), y coloco ambas manos en sus sienes.

-Qué rayos fue eso-Se dijo a sí mismo. Quería ver los otros videos (Asado familiar, Cortando el césped, Hora de dormir, Fiesta en la piscina), no obstante, si la primera cinta era en ya horrendamente traumática, seguramente las otras eran peores. Cerro sus ojos, deseando que todo aquello fuera una pesadilla, no obstante los abrió cuando la cámara de video comenzó a reproducirse sola. Y, más escalofriante que eso, era que estaba reproduciendo otra cinta.

Welcome, welcome, Enma-kun. ¿Te ha gustado mi regalo de navidad? Cómo ya sospechaste, estas son las 5 cintas de las familias que fueron asesinadas. Sin embargo, debo revelar algo: No soy el culpable (risas). Pero, tus cinco amigos que han desaparecido si lo son. Aunque, no están tan desaparecidos cómo se cree. Todo este tiempo han estado viviendo conmigo ¿ves?

Era la voz de Boogie. En cuanto Enma la reconoció al instante, asomo su cabeza por debajo de su cama, y ahí los vio, a sus cinco amigos Mikoto, Masato, Misaki, Misaka y Mamoru con él, aunque claro, en la cinta de video. Ninguno de ellos había cambiado en nada y seguían con la misma apariencia que siempre. No obstante lucían mucho más pálidos que lo normal, y sus ojos. Sus ojos eran cuencas negras, enormes y vacías. Cosa que a Enma le pareció terrorífico. No sabía mucho acerca de los vampiros, pero de los que había visto, todos tenían unos brillantes ojos rojos. Pero sus amigos eran distintos del resto.

Mi mayor deseo ha sido apoderarme de este pequeño pueblo que ahora paso a ser una ciudad, y poder convertir a todos sus habitantes en vampiros. No obstante, mi plan nunca se llevo a cabo. La pandilla en la que antes estabas asesino a todos los vampiros que habitaban en esta ciudad. Y, lamentablemente mi familia también fue cazada, pero no por tus ex camaradas, si no por un grupo de cazadores S. Supongo que ya sabrás un poco cómo funcionan las cosas en la asociación, pequeño humano. La cosa es que, tú siempre has sido la última pieza de mi plan. Y, en vista de que te negaste a irte del orfanato con una familia, pues bueno…

-Tendré que apurar las cosas y llevarte por la fuerza-Dijo finalmente Boogie. Unos ojos rojos y brillantes aparecieron por debajo de la cama. Era él. Y, cubriéndole la boca a Enma antes de que este llegase a gritar, el vampiro se lo llevo. La escena terminó cuando la cinta se quemo, al igual que la cámara. Fue así como Enma se convirtió en el sexto niño en desaparecer.


Habían pasado ya 3 años desde la desaparición de Enma Akatsuki, y también desde que la epidemia termino azotando a toda la ciudad, matándolos a todos. María del Rosario, el doctor Kuroh, el viejo Mushishi. Todos estaban muertos. Akatsuki se convirtió en un pueblo fantasma, en una leyenda, en dónde se decía que, quien pisara la ciudad no podría volver jamás. Y vaya que la leyenda término siendo cierta, cuando cada vez más se reportaban desapariciones extrañas. Akatsuki era cómo un triángulo de las bermudas, lo que le hacía un lugar mucho más temible. Pero la pregunta era ¿Dónde estaba Enma ahora? Nada se sabía de él desde aquella noche de navidad. Incluso, la mansión de Boogie estaba completamente abandonada. Los muebles permanecían intactos, aunque cubiertos por sabanas blancas, además de que la mansión había sido puesta en venta, la cual fue vendida finalmente a una familia americana. Otro hecho insólito que ocurrió luego de que Enma desapareciera, fue que la policía finalmente encontró los cuerpos de los 5 niños desaparecidos. Lo tenebroso era que al momento de encontrarlos, estos se estaban quemando producto de los rayos solares…tal cómo mueren los vampiros en las películas.

Dicha familia que se había mudado a la mansión de Boogie estaba conformada por Ashley, Keith y sus dos hijas, las gemelas Anna y Molly. Las niñas recibían cada día la visita de un tutor personal, ya que sus padres preferían que ellas tuvieran su educación en casa. No obstante, una noche en la que Keith no podía dormir paso a la cocina a servirse un vaso con agua, y fue en ese momento que diviso una extraña sombra. La siguió, hasta llegar a la habitación de sus hijas y fue cuando vio a un hombre con la boca ensangrentada y a sus dos hijas con sus cuellos mordidos. Alterado, Keith se abalanzo contra el misterioso sujeto, pero no obtuvo nada ya que este otro huyo. Lo único que pudo ver de él fue su rostro: Era el tutor de ellas. Tres días más tarde, Anna y Molly fallecieron. Cuando el doctor les hizo la autopsia, les dijo a Keith y Ashley que las niñas murieron de la misma enfermedad que azoto a Akatsuki 3 años atrás. La policía le pregunto a Keith cómo era el sujeto que entro a la habitación de sus hijas, a lo que este les respondió que se trataba del tutor de las niñas. Temiendo que se tratara de algún pedófilo, le preguntaron también por el nombre.

-Se hacía llamar Boogie para las niñas.

Transcurrió un par de años desde la muerte de Anna y Molly. Y con ese par de años, también habían transcurrido 5 desde la desaparición de Enma. Keith quería tomar venganza, por lo que comenzó a investigar el caso de Boogie, y de que este era responsable del asesinato de 5 familias. Para continuar con su investigación, se dirigió al orfanato Happy End para averiguar más acerca de los 5 niños que habían desaparecido. No obstante, Keith descubrió que hubo un sexto niño en desaparecer, el cuál fue secuestrado del mismo orfanato. Ese niño era Enma. Ashley, quien no quería que su esposo se ensimismara más en su loca investigación decidió irse a vivir con su madre por un tiempo hasta que su esposo desistiera de seguir investigando. Con depresión, una noche en la que Keith estaba en un bar, ya algo borracho decidió cobrar venganza con sus propias manos y con una pistola en mano fue que salió del bar para buscar a Boogie y matarlo. No obstante, antes de salir una mano lo detuvo. Era un chico con el cabello cobrizo, un corte un tanto extraño, llevando ropas holgadas cómo de cantante de rap.

-Yo que tú no haría eso-Le advirtió. Pero Keith se zafó de él y salió del lugar. Aquel misterioso joven que lo había detenido dio un suspiro y se encogió de hombros. Se llevo una mano al cuello, en dónde estaba la marca de dos colmillos, aunque dicha marca era levemente visible.-Idiota…con un arma tan simple cómo esa no podrá matarlo.

~Música de fondo~

Keith recorrió las calles, en búsqueda de Boogie, hasta que finalmente encontró al vampiro, cerca de un parque. Cuando lo fue a enfrentar, el vampiro que aparentemente se veía cómo un humano cambió su apariencia drásticamente. Su piel se torno tan pálida que casi era azul, los ojos se volvieron completamente negros y sus dientes fueron reemplazados por colmillos. Del rostro se notaban todas las pequeñas venas, dándole a Boogie un aspecto aterrador. Keith uso todas sus balas contra el vampiro, sin embargo ninguna de ellas funciono. Y, cuando el castaño estaba a punto de morir, fue que a lo lejos otra figura saltó hacía Boogie, derribándolo. Era el mismo sujeto que había estado antes en el bar. El archienemigo de Boogie, el responsable de que su plan de apoderarse de Akatsuki no funcionara, y el responsable de la muerte de los 5 niños vampiro que Boogie tenía cómo secuaces. Él lo había secuestrado hace mucho tiempo, pero, luego de haberlo mordido supo que cometió el peor error de su vida. Ya que aquel miedoso niño de 11 años que antes conoció ahora se había vuelto más poderoso. Había conseguido huir de la mansión de Boogie, y durante 5 años de viaje, siendo un vampiro errante peleo y lucho con diversos tipos de personas. Se unió a la asociación de cazadores, con tal de obtener más poder y consumió la sangre de un sangre pura cómo Boogie lo era para no caer en el nivel E. El joven, andando en su patineta blandió su bate, el cual se transformo en una espada y cortó el brazo izquierdo de Boogie. El vampiro dejo su apariencia terrorífica y con un rostro más humano miro al chico.

-Así que nos volvemos a encontrar. Akatsuki no Enma.

Enma le sonrió, burlón, y llevándose la espada que había vuelto a ser un bate a la espalda, rodeo a Boogie con su patineta.

-¿Pensabas que nuestro juego termino? Después de que huí, y, cuando me hice más fuerte regresé para matarte. Pero nunca encontré tu paradero. Pero ahora, gracias a este sujeto-Le dijo, señalando a Keith.-He logrado mi objetivo.

Keith fue dejado a un lado y Enma y Boogie se enfrentaron. Finalmente, Enma salió vencedor cuando golpeo a Boogie fuertemente en su cabeza con su bate, el cuál paso a transformarse en un sable otra vez, decapitando al vampiro. Este había muerto de la misma forma en la que murió la primera vampira a la que Enma mato años atrás. Ya con la pelea terminada, Keith, sorprendido, le preguntó a Enma.

-¿No se supone que estabas desaparecido?

-Lo estuve. Pero ya no más. El juego ha terminado.


Un sacrificio de sangre-Epilogo

-Así que quieres que lo caze por ti, ¿uh? Pues bueno. Primero el dinero, luego hago mi trabajo.-Fue lo que Enma le dijo a otro de sus clientes. Con Boogie muerto, Keith y su esposa Ashley se mudaron de la mansión de este y se fueron a vivir a la gran ciudad. Ya habían pasado tres años, y Enma decidió dejar la asociación por un tiempo para poder dedicarse a ser un caza recompensas. Iba a ser condecorado con el nivel S al retirarse, pero el cabeza de jengibre simplemente dejó pasar la oportunidad. Fuera de la asociación de cazadores, pero aún siendo un cazador, Enma se unió a otro grupo de cazadores independientes que se hacían llamar HOMRA. La vez que se unió tenía 17 años, y ya con dos años en dicho clan, este paso a ser uno de los miembros principales.

No obstante, HOMRA era una organización buscada por la ley ya que eran muy temidos por el resto de los ciudadanos. Enma se había convertido en un hombre talentoso, que pese a su rebelde comportamiento era reconocido tanto por sus habilidades de pelea cómo de estratega, al menos por quienes lo conocían. A pesar de ser un vampiro, Enma se dedico a cazarlos hasta que termino con la misma idea del líder de su pandilla anterior: Este mundo debía ser limpiado de los vampiros (Se le puede decir que se volvió una especie de Valentine). La base de HOMRA opera actualmente en un bar exclusivo para los miembros del clan, y gracias su desempeño, Enma paso a transformarse en una especie de perro guardián de la organización. Ya en el bar, Enma tomo sus papeles y se fue a hacer nuevamente su trabajo. Había otro mosquito a quien matar. Y al lugar a dónde tenía que ir era justo su antiguo hogar, Akatsuki.

~Música de fondo~

Durante el viaje, una gama de recuerdos se sucedieron en su mente de forma rápida. Cuando aún jugaba con sus amigos, cuando los adoptaron, cuando escuchó por primera vez el nombre de Boogie, las noticias de los 5 niños desaparecidos, las competencias en patineta, la matanza de los vampiros por parte de su pandilla, cuando vio a Boogie cara a cara, aquella vampira a la que mato, las cintas de video, la familia ahorcándose, Boogie bajo su cama, el rostro sin vida de sus 5 amigos y por último, una imagen mental de María del Rosario, con los mismos ojos negros que sus amigos poseían.

-¡No lo hagas!-Le grito. Y, cuando Enma volvió en sí, se encontró en Akatsuki, que, misteriosamente había vuelto a ser un pueblo. Un pueblo, junto a todos sus habitantes. Podía ver a Mushishi sirviendo su ceviche especial a sus clientes, al doctor Kuroh que paso al lado suyo, saludándolo. A las funcionarias del orfanato Happy End jugando con Mikoto, uno de los amigos de Enma. Misaki y Misaka iban paseando juntas tranquilamente junto a Ashley y Keith. Masato estaba con María del Rosario, quien iba con su pequeña hija, Enma, la que se supone que había muerto y a quien el otro Enma le debe su nombre, y finalmente, diviso a Mamoru, quien iba con uno de los miembros de la pandilla a la que antes Enma había pertenecido. Cada vez que ellos pasaban al lado de este simplemente le sonreían y seguían con su camino, cómo si Enma fuese una persona a la que no conocen. Este, extrañado, y pensando que probablemente ya estaba muerto, comenzó a caminar hasta llegar al orfanato. Ahí fue que entró, extrañándose de que nadie le dijera nada, y se dirigió a la que antes era su habitación. Había un niño dentro de esta. Un niño, que era él, cuando tenía 5 años. Estaba de espaldas, viendo un cortometraje. Enma trago algo de saliva, cuando vio que el titulo de la cinta era “Día en el jardín”. Cuando el niño se volteo, vio que este tenía sus ojos completamente negros, mientras que el iris era de un color rojo sangre. El infante le sonrió, enseñando sus colmillos y simplemente dijo:

-El juego no ha terminado.


Luego de eso, Enma despertó en una camilla. Vió que una chica uniformada se retiraba de la sala de enfermería en dónde él estaba ahora. Este se levantó de súbito. Tenía el cuerpo vendado, al igual que su cabeza y lo único que llevaba puesto de ropa eran sus bermudas y sus zapatillas. Al lado de la camilla en dónde estaba se encontraban su querida patineta y su bate de beisbol. Vio una sombra detrás de las cortinas de la camilla, la cual no se mostro. No obstante, cuando hablo, Enma sonrió despectivamente. Al tipo lo reconocía, de todas formas fue el principal sujeto que lo hizo más fuerte. Seguramente seguía igual, con su cabello rubio ceniza y llevado esas estúpidas gafas.

-Así que me trajiste hasta acá, Kaein Cross. Tsk, maldito bastardo…no necesitaba de tu ayuda.

-No te preocupes. De todas formas; necesito un favor de ti…Akatsuki-san.

Enma simplemente dio un suspiro y resignado le respondió:

-Venga. Suéltalo todo…

The END.

Aquí es dónde la historia de Enma Akatsuki termina, por lo que no me veo en la necesidad de contarle más acerca de su vida. De todas formas, prefiero dejar el suspenso, así que seguramente se estarán preguntando qué clase de favor le habrá pedido Kaien a Enma. Pues eso deberán averiguarlo ustedes.